Esta vez no hay una receta.
Hay dos. Y la primera no se come, aunque sirve para comer.
Llevo tiempo [y un poco de pereza] pensando en cómo participar en la iniciativa #RecetasSolidariasParaNavidad. No tanto en mi participación, sino en cómo os voy a hablar de todas las cosas de las que quiero hablaros hoy.
Voy a daros la receta de un sueño.
Un sueño que nace de personas como tú y como yo, que un buen día se dieron cuenta de que este sistema de locos les había arrebatado todo lo que tenían: el techo, el pan, los zapatos.
Un sueño de muchos alguien que tuvieron una vida normalizada, como la tuya, y un buen día se vieron sin trabajo, poco a poco dejaron de poder pagar sus hipotecas, y ya sin ahorros, los bancos quisieron desahuciarlos de sus casas. Y antes de que esto ocurriera, se organizaron para luchar.
La vivienda fue el primer paso. La vivienda es el sostén de la vida y de la familia, y así lo hemos entendido, y así seguimos luchando por ello. La organización de todos los afectados ha permitido negociar con bancos daciones en pago y alquileres sociales, ha parado desahucios en la puerta.
La acción colectiva para resolver las necesidades individuales resultó ser un arma tan poderosa, que un buen día, se dio un paso más. Y nos preguntamos: ¿Qué necesitamos para vivir? ¿De qué carecemos? ¿Qué nos han arrebatado en esta caída en espiral por las tuberías de este sistema enloquecido que nos deja fuera?
Y nos respondimos: Alimentos, ropa [más tarde tuvimos que añadir: sanidad, educación]
Y pensando en colectivo, actuando en colectivo, buscando soluciones creativas, nos hemos inventado esta receta. Una receta que nos sirve a todas y a todos, que llena neveras y esperanzas, un sueño construido con todas nuestras manos, y con las tuyas, si quieres.
INGREDIENTES
Ganas
Organización
Y algunos establecimientos que desechen comida en buen estado
MODUS OPERANDI
Lo primero de todo, organizamos un grupo de personas que quieran buscar soluciones colectivas a las necesidades individuales.
Nos dirigimos a aquellos establecimientos donde sepamos que se tiran a la basura alimentos en buen estado.
Les pedimos amablemente que nos cedan esos alimentos, ya que son aprovechables, y a nosotros no nos molesta que tengan pequeños desperfectos. Les podemos hablar de su responsabilidad social para que piensen despacito por qué quieren seguir tirando comida.
Nos organizamos para recoger esos alimentos, llevarlos a un punto común y distribuirlos entre todas las personas que participan.
Y todos y todas solucionamos nuestra necesidad de comer. Y aliviamos la carga económica que nos ahoga.
No hablamos de caridad. La caridad es vertical y terrible. Hablamos de lucha, de organización, de ingenio y de soluciones colectivas. De personas que se organizan para recoger alimentos y distribuirlos entre ellas mismas, no de filas de pobres a las puertas de la iglesia, porque no somos pobres, nos han empobrecido, y la caridad es para quien no tiene manos con las que encontrar soluciones.
Nadie pide un carnet de pobre a nadie, quien colabora recibe, y así tejemos redes infinitas donde nadie pregunta nada, y todos aportamos mucho.
NOTAS A LA ELABORACIÓN
No puedo dejar de pensar que este sueño se construye gracias a M, mujer maltratada, madre de 3 hijos, víctima de un accidente que la dejó en silla de ruedas, salvada de su desahucio a manos de un banco que actualmente ha aceptado darle un alquiler social.
Gracias a R, madre de dos hijos, que fue okupa con los niños por pura necesidad, abandonada por un alcohólico, trabajadora que no llega a fin de mes, que al firmar su alquiler social tras ser desahuciada, me decía «chica, creo que si en vez de comer carne dos veces en semana, como solo una, y quito mi abono de transporte, lo mismo puedo pagar el alquiler, que contenta estoy, no te lo imaginas, una casa, una casa…» y gracias a su hija que con 16 años sale del instituto y se viene a preparar papeles para daciones en pago y a veces falta a clase para parar desahucios.
Gracias a MD, que perdió a su hija demasiado pronto, y ahora ha perdido la casa de su otra hija y la suya propia con la que avalaba, que vive con un enfermo y maltratador [demasiados, demasiados] al que debe cuidar cuando no está trabajando, y cuando te ve se preocupa por ti. Y cuyo desahucio habrá que parar no tardando mucho [tranquila, lo haremos].
Gracias a L, que perdió su negocio [una pequeña tienda de ultramarinos] y detrás su casa, y que es la vendedora de latas más salá de las concentraciones y de las manis, y que ha organizado a sus compatriotas y les ha recibido hasta el mismo embajador y su ministro de exteriores para hablar de la situación de la vivienda en el colectivo al que pertenece.
Gracias a H que consiguió un alquiler social del banco, en el piso donde vivía alquilada por un desaprensivo que no pagaba su hipoteca, y a punto estuvo de dejarlas a ella, su madre dependiente y su hija de 7 años en la calle, y que es nuestra peluquera oficiosa y la alegría de la huerta.
Gracias a tantas y tantas personas que han pasado y pasarán, que son grandes, enormes, y que nos enseñan cada día qué es ser solidario.
[Hago un inciso para decir que sí, que las mujeres sostenemos la vida, y luchamos con uñas y dientes por ella. Hay un problema de género clarísimo, casi siempre mujeres, muchas veces negadas, maltratadas, cuidadoras, con maridos que han huido ante el mínimo atisbo de problema, y que sostienen su vida y la de sus hijos. También hay hombres, algunos, pero hoy doy las gracias especialmente a estas mujeres, que no son las únicas pero que son grandes]
No os voy a dar más detalles, quien los necesite aquí me tiene, dispuesta a contar hasta la última entraña de cualquier proyecto*, a enseñaros lo que me pidais, para que las redes humanas se extiendan hasta el infinito. Un mail, un teléfono, quedamos, y cualquiera de nosotros os lo cuenta todo.
*Proyectos como un ropero colectivo donde llevamos y cogemos ropa, intercambiamos y nos encanta, porque todos tenemos más de lo que necesitamos, y a todos a veces nos apetece cambiar un poco el armario. Como la Tienda Amiga, una iniciativa donde proponemos a comercios del barrio que hagan descuentos a desempleados, hay tantas y tantas cosas…
LA OTRA RECETA: LOMBARDA BRASEADA
Tal y como lo veis aquí, nos costaría alrededor de 0,85€ por comensal, contando con el elevado precio del vinagre balsámico, el hojaldre y el sésamo, y suponiendo que las manzanas no hayan sido rescatadas de una frutería que pensaba tirarlas pero decidió no hacerlo, y colaboró con este proyecto que os he contado y que las ha traído hasta mi cocina.
CAL 146,4 · HC 20,5 · PR 4,5 · GR 6,0 [POR RACIÓN]
INGREDIENTES
[4 RACIONES]
Col lombarda, 1 pequeña [800grs]
Manzanas, 2 uds [150-200 grs]
Cebolla, una [150-200grs]
Semillas de hinojo, 1/2 cucharadita [puedes usar alcaravea o cominos]
Vinagre de módena, 150 ml [unas 10 cucharadas, no asustarse, no es mucho]
Azúcar, una cucharada generosa
Aceite, 2 cucharadas
Sal, pimienta negra
Para decorar he usado
Una plancha de hojaldre
Huevo batido
Semillas de sésamo
Un rodillo de enrejar
Pero con hojaldre, un cuchillo afilado y un poco de maña, puedes hacer cosas preciosas!
MODUS OPERANDI
Primero de todo, preparamos todo esto para que no nos pille el toro mientras cocinamos:
Semillas de hinojo: Las machacamos un poco en un mortero
Cebolla: Picada
Manzana: Pelada y cortada en daditos
Col lombarda: En juliana
En una sartén [con tapa, o en una olla ancha], ponemos a tostar ligeramente las semillas de hinojo, esto sirve para que den más aroma. Añadimos el aceite, y cuando esté caliente, la cebolla picadita.
Le damos unas vueltas, hasta que la cebolla esté blandita, y añadimos la manzana. Cuando comience a estar dorada, añadimos la lombarda, el vinagre de módena, el azúcar y salpimentamos.
En este momento tapamos la sartén, bajamos el fuego a medio-bajo, y lo dejamos cocinarse unos 20-25 minutos dando vuelta de vez en cuando.
Al taparlo impediremos que se evapore el agua que suelta la verdura, y no se pegará, pero si vemos que lo necesita, podemos añadir unas gotas de agua.
La receta se inspira en esta de Jamie Oliver. La he probado tanto con bacon como con jamón, tal y como la hace él, y ambos pasaron desapercibidos bajo el sabor agridulce, de modo que me ha parecido innecesario, es una grasa extra que no aporta nada en sabor. He añadido el azúcar, matiza mucho el resultado final.
Para decorar
He copiado vilmente a SandeeA con algunas variaciones, la primera que no tengo tanta paciencia para hacer bolas de papel perfectamente redondas.
He cortado el hojaldre con el rodillo de enrejar [una compra loca]
He colocado una parte en pelotitas hechas de papel de horno [puedes usar latas vacías de tomate, o de cerveza y quedará más redondito – no lo hice porque lo he pensado a cámara lenta :P]
He extendido el resto del hojaldre, y hecho tiras largas del ancho de una sección de rodillo, de modo que han quedado los rombos.
Lo he pintado con huevo batido, y he espolvoreado sésamo por encima. En el horno ha tardado unos 20 minutos a 200º.
Me has dejado realmente impresionada tanto por la calidad de la recetas como por lo certero de tu reflexión, muchísimas gracias te dejo aqui el enlace del blog solidario donde se pueden encontrar todas las recetas que estamos publicando con el hastag #RecetasSolidariasParaNavidad aqui lo tienes por si quieres hacerte seguidora y leer más recetas del grupo http://recetassolidarias.blogspot.com.es/
Hoy sólo puedo aplaudirte Ana :). No sé cuál de las dos recetas me gusta más… bueno, las dos se complementan.
Personas como tú, como las que describes y como otras tantas que conozco me devuelven la fe en el ser humano.
Me ha encantado, sobre todo la primera receta, con muy poco de parte de cada uno podríamos cambiar el mundo, sólo falta que nos demos cuenta de lo fácil que es.
FELICIDADES!! por esta realista descripción de la vida de muchas personas y del momento en que viven muchos y por esta excelente receta. Ambas son perfectas para incluirlas en Recetas solidarias para Navidad y para hacernos reflexionar sobre estos problemas. Bs.
Julia y sus recetas.
geniales los ingredientes de ganas y organización!..me viene fenomenal la receta de la lombarda porque la hago muchísimo y así tengo otra manera de hacerla!
tengo ya propuestas para decorar las mesas estas Navidades, no dejes de pasarte por mi blog!
Ciertamente somos nosotros los que con tesón y ganas podemos conseguir aquello que nos quieren arrebatar, y, encima para mas inri tenemos que seguir pagando y salvando el culo a aquellos que no solo nos han hundido, sino que encima nos echan de nuestras casas…..pero juntos si se puede.
Una receta estupenda apta incluso para aquellos menos favorecidos.
Besos
Me has dejado impresionado con tu primera receta, la verdad es que estamos en un mundo de locos en el que no queda más remedio que soñar, soñar y actuar.
En cuanto a la otra receta, decirte que es muy original y me ha gustado mucho la presentación.
Estoy de sorteo en el blog, participar es muy sencillo, a ver si te animas y tienes buena suerte…
Abrazos
Ana, una vez más aplaudo las acciones de compromiso social en las que te involucrás (con todas las letras, que significa: con el ejemplo, pasión, acción, creatividad y mucho compromiso). La solidaridad es una de las herramientas (junto con un toque de creatividad e inteligencia) más maravillosas de los seres humanos. A veces, con convicción, buenas ideas, trabajo, dignidad y manos para llevar adelante los sueños, los proyectos, las acciones podemos hacer tanto con lo que podamos contribuir (tiempo, contactos, estrategias, comprensión…).
Un aplauso para ambas recetas, de corazón.
¡Saludos!
Me parece fantástica la lombarda así, se ve buenísima. La próxima le pongo manzana también.
Besos
Ana tus 2 recetas de hoy son fantásticas.
La primera porque los alimentos son la primera necesidad, los niños sin alimentos no crecen, no estudian…
Y la segunda porque las has cocinada genial.
Un saludito
Si tengo que elegir una de las dos recetas que nos traes hoy, me quedo con la primera sin duda. Creo que debe ser la mejor y más importante que se haya cocinado nunca. Besos.
La primera receta es más difícil en realidad… La col no es santo de mi devoción, pero con manzana tengo entendido que va muy bien. El hojaldre tiene una pinta tremenda así presentado. Un besote.
Querida Ana, hoy mi muy querida Ana. Siempre que vengo a visitarte, que es casi siempre, porque me llega el correo para que no se me pase tu publicación, salgo invadida de una multitud de sensaciones. Esta vez, no te voy a comentar la receta de la lombarda, casi ni la he mirado, porque me has hecho llorar y no sabría muy bien expresar las emociones que has provocado en mí.
Escribes y describes de maravilla, aunque sea de forma resumida una triste realidad que está claro que no importa lo más mínimo a los que «nos desgobiernan», a los que están en el otro lado esperando a coger esa silla de poder, influencias, dinero, despropósitos, desvergüenza… a los poderosos de cualquier tipo que se enriquecen más a costa de todas estas personas con nombre y dignidad.
No se trata de caridad, ni de programas de TV en el que se nos pida dinero enseñando miserias y discapacidades, incluso de los niñ@s.
Lo de la receta con ingredientes sociales ya lo hice yo en las Navidades de hace 2 años para ver si la gente se animaba a hacerse donante de órganos.
Tenemos muchas cosas en común, sólo que tú eres mucho más joven.
Añade en el BBSS, si quieres, que son recetas baratas y sencillas. NO todas lo son porque a veces quien la presenta, olvida un poco el origen del reto. También fue un primer paso por mi parte, por mi cabreo, por mi impotencia de maestra «jubilada por obligación» y mucho antes de hora al ver que en los coles los niños tenían que llevar una triste fiambrera para comer…Por ahí también se empezó y ahora nadie habla de ello.
Me voy contenta porque sé que hay mucha más gente como tú y siempre con la esperanza de que podamos conseguir paliar esta situación tan grave.
Un beso muy grande
Como siempre me ocurre cuando vengo a leerte, y particularmente a leerte, me dejas impresionada. De siempre ha sabido que eres una personas comprometida con la sociedad, defensora de las injusticias, perseguidora del bien y del bienestar de las personas, pero hoy … ¡hoy lo has dado todo! No creo que sea muy acertado decir que solo entienden de las desgracias ajenas quienes alguna vez en la vida han pasado por las misma vicisitudes, porque indudablemente lo que se necesita en este mundo es humanidad, y en grandes dosis por lo deshumanizada que está nuestra sociedad.
Con la primera receta que nos has dado, mucho me temo decirte que la segunda pasa a un segundo o tercer plano. Y queda a las claras que lo que se necesita son ganas.
Tu segunda receta, la de la lombarda, por los ingredientes casi que me recuerda a un chutney, pero seco, claro.
Como siempre, interesante leerte. Nunca falta una mirada retrospectiva a uno mismo.
Que tengas una buena semana.
Me ha encantado la primera receta, tendría que haber más gente como tu, la pena es que a este politicuchos les importe una mierda que la gente no tenga nada que llevarse a la boca, un techo en el que vivir, sanidad, educación… lo único que les importa es llenarse los bolsillos, es una pena pero es la triste realidad.
Un beso muy grande!
He dado un vistazo a tu blog y me ha encantado, me quedo por aquí si me lo permites. Te invito a que visites el mio http://madamenaroa.blogspot.com/ saludos desde Uruguay, Sudamerica
Que puedo decir de la lectura de estas dos recetas. Soy de las convencidas que sólo las personas somos capaces de cambiar esto,y no es necesario grandes gestos, ni grandes palabras, con unos ingredientes básicos, puedes preparar un gran plato. Ejemplos nos han presentado.
Muchas gracias me han gustado tus palabras.
Me gustan las dos recetas bsos
estoy emocionada con tu entrada, lo de la col esta muy buena pero lo otro… me ha tocado el alma.
un besazo
Son dos recetas extraordinarias, sobre todo la primera, si todos nos concienciáramos por igual y uniéramos fuerza, se lograrían muchísimas cosas. Un besazo enorme.
Nos ha emocionado mucho tu primera receta, y los agradecimientos.
Fantástico. Unidos se puede hacer muchas cosas!!
Un beso!
Estoy totalmente impactada con tu blog y tu entrada, magnífica, extraordinaria.
Saludos.
Madre mía Ana, pero si me estaba perdiendo uno de tus mejores post!!! La segunda receta está muy bien, pero me quedo con la primera. Totalmente de acuerdo en eso que dices de que las mujeres sostenemos la vida, y desde luego la vida está llena de valientes, como nos has contado. Me parece una muy buena iniciativa…
Un besazo
¡Qué bonito Ana! Escribes de miedo… siempre da gusto venir a leerte un ratito… y dices unas verdades muy grandes!!
En cuanto la receta de lombarda, vaya como te has currdo la presentación, muy muy bien si señor.
Un besito
Ese delicioso pato de lombarda, alimenta nuestro cuerpo y activa nuestros sentidos, pero la primera receta alimenta nuestra alma y no hace ser mejores personas. Hay que dar pequeños pasos para conseguir grandes cosas y en esta sociedad en la que nos está tocando vivir que se está volviendo tan injusta se necesita que todos vayamos de la mano para conseguir cambiarla. Un abrazo, Clara.
Chica, hoy si que nos has hecho pensar. Muy bien por tí.
Saluditos.
Para relanerse.
Un beso y Felices Fiestas!!
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