El dinero sí da la divinidad
La felicidad, puede que no, pero la divinidad… vaya que sí!
Que sí, que sí, que lo tengo más que comprobado. Solo tenéis que dar un paseo por el centro pijocomercial más próximo para verlo. Todas las pijas son monas. Todas, sin excepción.
¿Y por qué? ¿Tienen mejores tratamientos de belleza que las proletarias? Bah tampoco tanto… quiero decir, las ricas-ricas sí, pero las pi[o]jas de ciudad… no tanto. Lo que sí tienen es más disponible y por lo tanto: más tiempo y un baño más grande. Y ese es el comienzo!
Porque comencemos por la cabeza. ¿Qué hay que hacer para estar mona? Y no penséis en amueblar la cabeza por dentro, no… se trata de decorarla por fuera.
Pues de entrada tienes que cuidarte cada mañana con una cremita hidratante con protección solar y efecto antirrugas, a ser posible con algo difícil de pronunciar que suene a supercientífico [véase colágeno, ácido hialurónico o algo así que nos cueste seis o siete anuncios memorizar]
Por las noches hay que usar una nutritiva antiedad [así tengas 15 años], una crema de contorno de ojos para que nunca-nunca-delosnuncas tengas arrugas y otra nutritiva de noche para las pestañas. Tendrás que ponerte de vez en cuando un bálsamo labial, claro, siempre debajo del pintalabios.
Todo esto no es a pelo, que para ello te tienes que haber desmaquillado, véase: leche limpiadora, tónico refrescante, nueva limpieza final con agua de avena, baño de agua pura en difusor [que es agua en un bote de spray a precio de cosmético caro], una vez por semana una mascarilla y por supuestísimo baños de vapor regulares.
No podemos olvidar el pelo. Un cabello hermoso exige un buen champú con su debido acondicionador del mismo tratamiento [según necesidades], una crema sin aclarado bien rizos perfectos bien alisado duradero, otra mascarilla en spray para proteger nuestro cabello del calor del secador, un serum para protegerlo del sol y… ah, claro! la espuma de peinado con factor hidratante, que se me olvidaba.
Y tan ricamente que nos quedamos.
Si a esto le sumamos el body milk, el anticelulítico, el reafirmante corporal, la crema de manos, las dos cremas de pies [tratamiento específico y crema diaria] y los productos para el cuidado de las uñas, necesitamos no menos de dos horas y un cuarto de baño adicional para estar monas!
Lo dicho.
Que la divinidad… tiene un tiempo, un espacio y una dedicación que si te dedicas a ir por el mundo haciendo cosas inútiles [véase actividades perrofláuticas como trabajar, recoger a los niños del cole, cocinar, atender a tu familia, leer las noticias, comprar tomates o hacer la colada, esas cosas que hacemos las que no tenemos tiempo para la conciencia estética en lugar de ponernos estupendas] pues mira, mona no estás, pero tan divinamente te haces un parón a media tarde, te pones tu café, y tus galletas de avena y, para ser superfeliz… ¿quién necesita rimmel teniendo galletitas?
INGREDIENTES
Edulcorante, equivalente a 300 gr de azúcar
Margarina, 125 gr
Harina integral, 225 gr
Bicarbonato, 1 cta
Canela, 1 cta
Esencia de vainilla, 1 cta
Sal, 1/2 cta
Huevos medianos, 2 uds
Manzana, 2 uds [aprox 300-400 gr], Granny Smith o reineta
Avena en copos, 240 gr
Pasas, 100 gr
Nueces, 50 gr
MODUS OPERANDI
Batimos en un cuenco grande el edulcorante con la mantequilla hasta que la mezcla quede ligera y cremosa, unos 5 minutos. Lo ideal es usar una varilla eléctrica o la Thermomix [5 min con mariposa a velocidad 3 1/2].
Añadimos la harina, el bicarbonato, la canela, la vainilla, la sal y los huevos. Seguimos batiendo hasta que quede todo perfectamente integrado.
Ahora ponemos en la mezcla las manzanas, peladas y cortadas en daditos, la avena, las pasas y las nueces y lo removemos bien con una cuchara o espátula.
Con el horno precalentado a 180º ponemos pequeños montoncitos de masa sobre la bandeja, separados unos de otros porque crecerán, y horneamos 20 minutos. Se dejan enfriar en una rejilla y se guardan en un recipiente hermético [o congeladas].
Unas estupendas galletas de avena, ideales para cuidarse un poquito. Y como bien dices no es necesario tanta cremita, mascarillas y otros potingues.
Un saludo Paco
a mi este tipo de galletas me gusta muchisimo,hace tiempo no las hago..es q ahora como cuesta encender el horno
¿congelas las galletas? no sabía que pudieran congelarse, no lo he hecho nunca y mira que yo congelo lo que sea. No suelo hacer galletas porque luego tengo que comermelas, y si una quiere estar divina, además de todo el potinge cosmético, tiene que olvidarse de galletas, una galletita vale, pero toda una hornada… asi que las congelas, tengo que probarlo.
Un besazo,
Qué buena tu entrada, definitivamente yo soy una que ocupo mi tiempo haciendo cosas inútiles como trabajar pero oye, tan ricamente (además, para qué voy a quejarme si no me queda otra!). No tenía ni idea de que hubieran taaaantos potingues! jajaja
Las galletas buenísimas!
Gracies por la recetina, que guapes que queden, me encanten, de verdad, un saludin, guaxa.
por cierto te he comentado la receta en MR, guaxa.
Que galletas mas ricas, tienen una pinta deliciosas
Te dejo mi nuevo blog http://losblogsdemaria.blogspot.com/ y ya de camino me hago seguidora con esta cuenta, la otra me da problemas y he tenido que hacer un vuelco del antiguo mundo de estrella a este nuevo. Un saludo. Maria
¡Houston, Houston, tenemos un problema! Sí, lo tenemos, o lo tengo, porque resulta que yo, y mira que estoy apuntada a muchas de esas rutinas estéticas, resulta que no he llegado ni siquiera al mínimo nivel de divinidad. ¿Tendré que seguir insistiendo en el tema? ¡Ummm!
Una cosa que me llamada la atención de esta receta, aparte de la buenísima pinta que tienen esas galleas, es que las congeles. Ahí va!! No sabía que éso se podía hacer. Tomo nota, aunque total … para lo que duran en casa siempre que hago galletas … je je je.
Un besito.
Me han entrado ganas de hacerla ahora mismo… bueno, porque todavía no se puede encender el horno en Córdoba que si no….
Que pinta!
Eres de las mias, lo congelo TODO lo que pasa es que estas no durarían ni dos días en casa.
Besos.
me ha encantado el nombre de las galletas! jeje
y como yo tb soy una diva me llevo tu receta! bs!!
¡Qué delicia! Tienen una pinta riquísima. ¡Gracias!
Me gusta el especto de estas galletas. Ahora que la veo he recordado que tengo pendiente una receta de galletas con queso que también lleva avena, a ver si me pongo en ella y las hago.
Respecto a tus reflexiones sobre los pijos y la divinidad no sé que decirte. En general, los pijos nunca me han gustado. Aunque también tengo que ser sincero, y los que conozco hasta me han sorprendido; en algunos aspectos son hasta más normales que los «normales», valga la redundancia. Vamos, que lo que quiero decir es que no hace falta se pijo para ser tonto del culo.
Besos.
Me gusta tu envidioso estilo (Me reconozco en el) al hablar de las pijas, ricas con minúscula. Y también las galletas.
Que ricas¡¡¡ Para este momento ya te habrás percatado que la avena me entusiasma. Aunque te importe dos pimientos. Pero si me encanta en scones, en galletas, en pan… así que tambien con tu permiso me llevo esta receta, ¡¡¡Avena y manzana!!!! que matrimonio. Bss
Virginia «sweet and sour»