CAL 83,2 · HC 3,2 · PR 5,4 · GR 5,6 [100 G]
Este es el aperitivo perfecto para una mesa familiar. Es sencillo, económico, gana si lo haces un día antes y es casi imposible que no te guste.
Y es el aperitivo perfecto que nunca verá la mesa familiar de mi casa.
Y no lo verá por varias razones.
En mi casa, en el hogar materno más en concreto, consensuar un menú para una celebración tan pomposa como el 20 aniversario de mi madre y su compañero [o su nunca descartada boda], o tan sencilla como el cumpleaños del periquito de la familia, supone un ejercicio político de alto nivel para el que requieres de la asistencia de un consejo de asesores, un par de embajadores preferiblemente de la zona de oriente medio, y de guardia un negociador del cuerpo de policía.
Y la siempre velada amenaza de si no te gusta, cenas en tu p… casa. O en el bar de enfrente, que te coge cerca.
Que luego nos queremos y todo es paz y armonía, pero eso ocurre después de haber consensuado negociado con cesiones impuesto a las bravas un menú más o menos apto para todos los públicos.
Porque todos los públicos, incluye a todos los miembros del elenco familiar. Y eso, en mi familia, no es moco de pavo.
Empezamos por mi hermano, R. R no ha comido en su vida infantil-juvenil nada diferente de patatas fritas-sandwich de jamón york y tranchete-pizza de jamón york y tranchete. En su última juventud introdujo en su dieta los macarrones con tomate de lata y atún, y muy ocasionalmente el lomo ultrafino a la plancha hiperchurruscado-negruzco-y duro, cual suela de zapato de vendedor ambulante.
Decirle a R que la dieta de una pesona normal incluye cosas como verduras [ascooooo], legumbres [puajjjjj] o pescado [pero que dices loca?] es perder el tiempo miserablemente. Es mejor poner a hervir macarrones.
[Diré en su descargo que ahora que es adulto y tiene una hija que educar, ha empezado a comer alguna legumbre siempre y cuando haya más mandanga grasupienta en el plato que leguminosa en sí y el sabor esté debidamente camuflado].
Luego están mis tíos. Mis exasperantes tíos. A los que solo vuelvo a querer cuando he tomado una distancia prudencial de la última nochevieja en familia.
Mi tío A. A mi tío A no le gustan los pescados con espinas [sí puede comer palitos de guarrería con sabor a merluza]. No le gustan las cosas a la plancha. No le gusta el conejo. No le gustan las legumbres con verdura. No le gusta nada raro. Raro para mi tío A es cualquier cosa que no haya comido antes no menos de diez veces. Raro para mi tío A es una ensalada de pimientos asados, bacalao y aceitunas, porque nunca ha colocado un pimiento asado al lado de un trozo de bacalao y las mezclas salvajes de ingredientes le cortocircuitan.
En general, a mi tío A solo le gustan las patatas fritas, las croquetas y las gambas a la gabardina, todo bien frito, pero acepta sin rechistar comer cualquier cosa que haya comido en su infancia y por tanto haya registrado como comida normal.
Mi tío J. Come de casi todo, la criatura, y no se queja por nada. No quiero dejar de mencionar a mi único aliado contra el eje del mal que representan los demás miembros de mi el-resto-del-tiempo-amada familia.
Mi tía B. Mi insufrible, hipocondríaca y tiquismiquis tía B. El resto del tiempo la adoro, es encantadora, pero a la mesa hay días que podría matarla con un golpe de mortero y seguir con la comida. Dice que es celíaca [pero se le pasa cuando se infla a bollos de crema de la pastelería] y que no come trigo [excepto el pan de maíz y trigo que trae siempre a casa]. También que no puede tomar lactosa [le voy a explicar yo a esta lo que pasa cuando eres intolerante y tomas lactosa… ujs]y chorrocientasmil chorradas más con las que se excusa para no comer cosas que bajo su criterio, engordan. Y ya hemos hablado de los bollos de crema. Es maja, conste, cuando no negocias la comida con ella es un encanto de mujer.
Mi tía A. Mi tía A no es muy rarita, ella en sí misma. Pero es la guardiana del bienestar familiar y se pasa el menú diciendo «esto no… porque a tu tío A le va a parecer raro» o «esto tampoco, acuérdate de que tu tía B siempre dice que no toma leche«. Su única imposición es no cocinar nada que lleve cebolla, haya estado junto a una cebolla, haya conocido a una cebolla que le pasaba cerca en el campo mientras crecía, o haya escuchado en su vida de alimento hablar de las cebollas. Por lo demás, sin problema.
En un punto intermedio entre el eje del mal y la civilización, quedan mi madre, T y su compañero B. Mi madre T sólo aborrece el queso, que no pasa nada, porque luego lo pones en la comida y siempre le parece que está buenísimo; y su compañero B lo único que hace es poner sal a todo y no comer casquería. Que si lo miras bien, es como una manía simpática y comprensible.
Para qué voy a contaros qué cenamos en nochevieja, si ya estaréis pensando que sin queso, verduras, pescado ni comidas estratosféricas con mezclas arriesgadas… pues fue… lo que fue. Baso la elaboración del menú en que todos puedan comer al menos dos entrantes de cuatro que servimos [aunque sean los embutidos y los boquerones], y que si se dejan la sopa o el principal no se queden con hambre. Y sí, tengo otro principal en la recámara. Y si con todo no quieren, les mando al bar.
Y cada nochevieja salgo del viaje-alimentador-emocional pensando que prefiero dar de comer a un atajo de niños malcriados del jardín de infancia, que a mis tíos. Pero sin dramas.
Que esto para Semana Santa, se me ha pasado casi todos los años y ya les quiero de nuevo. Las torrijas no son zona de conficto. Ni siquiera para las que no toman leche ni pan.
Empezamos preparando el calabacín. Lo lavamos, lo podemos pelar si queremos [a mí no me parece necesario] y lo rallamos usando un rallador de agujeros gordos. Si lo hacemos muy fino soltará más líquido y tadará una eternidad en evaporarse. Si no tienes rallador gordo, es mejor que lo cortes como si fueran patatas para tortilla.
Lo colocamos en un escurridor, y lo dejamos reposar entre 15 y 30 minutos, para que suelte líquido. Y cuando haya pasado este tiempo, nos ponemos manos a la obra.
Ponemos a calentar una cucharada de aceite en una sartén amplia. Pelamos y cortamos la cebolla menuda [puede servir en juliana] y la ponemos a pochar con una pizquitina de sal.
Pizquitina significa: Esto lleva queso feta, como te pases de sal vas a lamentarlo tres días con sus tres noches. No te digo más.
Cuando la cebolla comience a dorarse, añadimos el calabacín con otra pizquitina de sal, y lo dejamos cocinarse durante 10 minutos. En este paso puedes añadir bacon, jamón, o cualquier resto de cualquier carne que haya por tu nevera y te ponga ojitos cada vez que abres la puerta.
Cuando lo tengamos ya todo bien cocinado, lo devolvemos al escurridor y lo volvemos a dejar unos 30 minutos para que suelte todo el líquido que haya sacado durante la cocción. Es importantísimo. El líquido que no descartemos aquí acabará empachochando el pastel cuando esté en el horno, y obtendrás una especie de pudding flotante sin ningún encanto.
Una vez está escurrido por segunda vez, se puede continuar. Antes de hacerlo, ponemos el horno a precalentar a 250ºC, que ya va siendo el momento.
Ponemos en un bol los huevos, con otra pizquitina de sal y un poco de pimienta, eneldo y menta picada. De cada cosa puedes poner a tu gusto, lo dejo a tu criterio.
Batimos, y desmenuzamos el queso sobre la mezcla. Sirve espachurrarlo con las manos y dejar que caigan los trocitos al bol. Añadimos por último el calabacín y lo mezclamos todo bien.
En una fuente para horno, que previamente habremos cubierto con papel vegetal, vertemos toda la mezcla [consejo: deja que el papel sobresalga por dos laterales, de esa forma podrás tirar del mismo y sacar el sfougato del molde sin tener que darle la vuelta, con el riesgo de rotura que ello implica. No lo hice porque serví directamente el sfougato desde la fuente y no pensaba sacarlo].
Lo cocemos a 180ºC durante 30 minutos, y lo dejamos gratinar otros 5 minutos más para que se forme una costra crujientita y dorada y mueras de gusto.
Ayyy..las peculiaridades alimenticias de cada uno, acaban siendo motivo de quebraderos de cabeza e incluso desencuentros (eso sí, pasajeros) en las reuniones familiares. Pero efectivamente, como que jode más cuando luego pillas al individuo X comiéndose las lonchas de jamón serrano cuando te ha despreciado una comida porque él no come carne… En fin…por lo menos en mi familia es más fácil. A todos nos encantan las verduras, así que por ahí ya se abre un sin fin de posibilidades casi infinitas.
La receta un pasón. No la conocía, pero por el queso feta me imagino que será algo típico de la gastronomía griega?
¡Un beso, guapa!
Ayy la familia, a veces es un ni contigo ni sin ti.
La receta me parece delicious total. Y para un primer plato para 4 tragoncetes muy óptima.
Petons!
Si algún día contara yo lo de mi familia, ja ja te gano por goleada, pero también es fácil porque somos muuuuuchos más.
Si tu familia no quiere este platazo yo voy sin problemas a dar buena cuenta.
Bss
Elena
Me quedo con la receta pues me encantan los calabacines y tienen poca calorias,que en estos días se agradece
Muchos besitos¡¡¡
jaajaajaj mándamelos una semanita y les quito todas las manías habidas y por haber… jaajaaja
No te envidio el invitarles a comer chica! Eso sí, veros ha de ser un rato divertido :P
El sfougato ese tiene buena pinta y como aquí no hacemos ascos a nada me lo apunto ;)
besos
Siempre me ha costado entender las manías de algunas personas a la hora de comer,Y creo que todos tenemos alguno familiar o amigo así, al menos yo tengo uno.
Tiene muy buena pinta este sfougato¡¡
Buen finde
Bss
Con lo que gusta el queso en casa, éste pastel va a triunfar!! además la combinación de sabores ni puede ser mas acertada!! me ha encantado.
bs.
A MI ME HA ENCANTADO LA RECETA¡¡¡.
BESOS CRISYLAURA.
Querida Ana. No sé si reír o llorar. Vaya clan.
Ya conocía historias de tu family pero hoy ya nos has documentado a base de bien sobre cada uno de ellos.
Invita sólo a tu tío aliado y al resto, les fas un vale para que se compren lo que quieran.
La receta no la conocía y llevando calabacín, ya me gusta mucho.
Besos y paciencia.
Vaya lío dar de comer a la familia… mi madre siempre tiene problemas porque soy vegetariana, pero comparada con lo que cuentas soy bastante «normalita»,jejeje.
Un beso!!
Elena.
Uyyyy las familias, que te voy a contar.. jeje, si es que me identifico en muuuucho de lo que explicas. pero bueno, vamos a pasar un tupido velo… jeje. A la receta un buen bocado, porque se ve deliciosa y muy apetecible, un beset!!
Ay las familias y sus cosas a la hora de comer! Puede ser un verdadero coñazo planear menús, menos mal que nosotros solemos ser poquitos… Mi hermano y yo no comemos carne ni embutidos, así que mis padres se contentan con un poco de jamón bueno para ellos y algo de paté; quesos hay que buscar algunos que yo pueda tomar (por la intolerancia a la lactosa) y luego, por suerte, a todos nos gustan todas las verduras y todo el pescado y marisco.
Esta receta creo que sí podría colarla en mis celebraciones familiares, me ha gustado!
Un abrazo
Ya se sabe a la familia se la quiere a pesar de lo digan, lo que hagan o lo que coman, pero sí, nos gusta mientras tanto estrangularlos, luego se nos pasa y seguimos cada uno a lo suyo, y si logras llegar a un consenso mejor, gastronómico? lo más, si la reconciliación llega con el sfougato, adelante!, uno de estos día yo también lo pruebo con la mía a ver que tal ;)
¡Hola! Me ha encantado la entrada, soy nueva en blogger, así que me encantaría que te pasases por mi blog literario para ver qué te parece y si te gusta, quédate porfa. http://cielodepalabrasperdidas.blogspot.com.es/
Un beso y muchísimas gracias.
Menudo repaso les has dado a todos jejeje… a cada cual mas variopinto, pero hija que sepas que eso ocurre en todas las familias :-)
Y menos mal que en cuestión de torrijas no hay problema porque me se de algunos que si de vino, que si de leche, que si están muy tostadas que si me gustan con mas azúcar jejejeje…
Besos
Nieves
Y por cierto nunca había oído el nombre de sfougato y veo que es un pastel, quiché o tortilla de calabacín y queso de la cocina griega, me lo apunto, me encanta!!
Pero los invitados no deben ser desagradecidos! Esta claro que te preocupas porque todos puedan comer y para que disfruten pero cuando hay tantos obstaculos…se pone dificil la cosa.
Nos anotamos esta receta, se parece a las quiches o a algunos pasteles que ya hemos preparado pero tiene su toque especial ;)
Si te lee mi madre te diria que se los mandaras a todos un mes a su casa y te oos devolvia comiendo de todo jajaja ,la verdad es que en mi familia somos todos de buena boca me imagino lo que debe ser poder hacer un menu con el que dar gusto a tod@s .
El sfougato uuummmmmmmmm que rico porque no puedo meter la mano que si no me lo comia todo y todo , te ha quedado de relujo y seguro fue un exito.
Bicos mil wapa.
Interesante la propuesta, me gustaría probarla.
Que plato tan interesante intentare probarlo en casa!
Muchas gracias!