CAL 110,6 · HC 19,6 · PR 3,6 · GR 1,1 [POR RACIÓN]
Voy a denunciar a mi vecino de arriba.
De estas Navidades no pasa… o mejor dicho… a estas Navidades no llega.
Por consumo irresponsable. Por contribuir muy activamente a crear la boina de contaminación de Madrid. Y por hortera. Sobre todo, por hortera.
El mal gusto debería estar recogido en el código penal. Los excesos son nocivos para el bienestar social y vecinal, y además este tío se va a fundir él solito la producción mensual de la central eléctrica de Puertollano a base de poner bombillitas de colores.
¿Por qué os cuento esto?
Porque mi vecino de arriba, celebra la Navidad. Mucho. Y lo hace en el sentido más solidario: compartiendo su alegría y su sentido de la fiesta con… todo el mundo.
Nada de paz, recogimiento y espiritualidad. Para mi vecino de arriba la Navidad es alegría, desparrame, una decoración estrafalaria de su casa y un exceso infame de luz y color que roza lo obsceno.
¿Quién quiere celebrar la Navidad con una velita y una flor de pascua, si puedes poner 10.000 bombillas de colores y un par de abetos llenos de bolas y caramelos?
Ha puesto tantas luces en su casa que el primer día que las encendió fundió los plomos de toda la manzana, farolas incluidas, y nos anegó en la más profunda oscuridad.
Cuando llegué al portal y las vi, a punto estuve de llamar a la policía para informar de una discoteca clandestina encima de casa. Ha decorado su balcón con tiras de luces: una tira intermitente que lo enmarca, y colgando de la barandilla unas chorreras de luces, inspiradas en aquellas chupas de cuero de los jevis con jota, y los colores blanco y rojo de su atleti. Muy navideño todo.
Dentro, ha colocado dos renos luminosos, y un Santaclaus gordinflón descolgándose por el balcón a riesgo de electrocutarse entre tanta bombilla.
Yo creo honestamente que Santa huye no sólo de las luces, sino de los villancicos de la mercería de enfrente. Todo el día, repito to-do-el-dí-a con los peces bebiendo y bebiendo en el río sin parar… imaginaros… debajo de mi ventana en el curro tengo a los mariachis cantando en bucle feliz navidad, próspero año tararararara… y llego a casa para reenganchar con pero mira como beben los peces en el río… O esto para o yo me hago budista y me voy al Tibet.
Y volviendo al vecinito, con el resto de luces que tenía en casa, ha creado una incomprensible maraña de colorines que ha colgado indiscriminadamente en las ventanas, tanto exteriores como interiores, en plan moderno. Ninguna luz en su caja. Por santaclaus que no.
Dentro de la casa ha puesto tal cantidad de espumillón que yo he contratado un seguro de incendios adicional, que no me fío. Las tiras de serpentina cuelgan de un cuadro a otro, se enredan en las tulipas de las lámparas y hasta en la puerta del horno ha puesto una campanita con purpurina y su lacito de espumillón.
Y no digamos la puerta de casa. Corona de hojas de abeto, campanas de varios tamaños, estrella de Belén y los dibujos de los nietos. Todo.
Es obsceno. Hay que pararlo ya. Antes de que meta un belén viviente en el descansillo de la escalera, con camellos y bueyes.
Si tiene ese entusiasmo en todo, y come polvorones con ese ímpetu, en breve tendrán que ampliar la puerta de entrada de su casa, y la del portal, y más adelante le tendrán que limpiar las venas de colesterol con una pala de desescombrar.
Le voy a pasar una receta que me permita evadirme de mi navidad europea standard, y que le permita a mi vecino parar sus excesos y comer algo más ligero que el turrón… y no por ello menos sabroso.
MODUS OPERANDI
Cortamos las berenjenas en rebanadas y las reservamos en un colador grande con abundante sal para desamargarlas. Las dejamos allí media hora, enjuagamos y dejamos secando.
Este paso sólo es necesario si las berenjenas llevan dos o tres días cortadas [de la mata], o más. Si están tiernas no es necesario, pero si no lo están, cuanto más viejunas, más amargan y más rato deben estar con la sal.
Una vez estén listas, comenzamos.
Mezclamos todos los ingredientes de la salsa en un bol, y lo dejamos reservado. Cuidado con la harina de maíz, asegúrate de que no quedan grumitos.
Cortamos la cebolla en juliana, picamos el ajo y rallamos el jengibre. Si usamos chile, lo añadimos aquí cortado en tiras muy finas.
En un wok o sartén grande, salteamos las tres cosas a fuego vivo, y cuando comiencen a estar hechos, añadimos el pimiento. Salteamos un minuto más, y añadimos la berenjena.
Tenemos todo a fuego medio unos diez minutos, en los que iremos salteando de cuando en cuando [si es un wok, más a menudo porque el calor se reparte muy bien y la temperatura sube mucho]
Incorporamos la salsa sobre el wok o sartén, y seguimos cocinando a fuego medio hasta que esté cocinada la berenjena. Va a depender del grosor, pero en diez minutos más o menos debería estar.
Servimos las verduras con la salsa y espolvoreamos un poco de sésamo sobre el plato.
hola!! flipo con tu vecino… pero que hará en la verbenas? la misma pantomima, madre mia como está el patio… todo mi apoyo desde el otro lado de la red…. viví horrores con la venica de arriba y sus putos tacones de aguja, ataladrándome el cerebro por las noches (durante años) ni mossos ni denuncias ni nada.. fue horrible… bueno… Las berenjenas saladitas y muy apetecibles, me han gustado y apetecen mucho la verdad. Animos y no te pongas muy nerviosa con el individuo, jaja Besos.
Con estas berenjenas me daba yo una alegría.
Hay de todo en este mundo y de vecinos de arriba de cada uno todo tenemos algo que contar de ellos.
Buenas berenjenas y también valida la receta para estos días.
Aprovecho para desearte una feliz navidad standart europea y muy feliz año Nuevo.
Bss
Jjajaja mira que eres esagerada no creo qeu tu vecino tenga asi la casa por que no podria ni entrar vamos si hago eso en la mia mi costillo se enredaroa a la primera de cambio en el espumillon jajaja.
Lo del santa bajando por el balcon me parece una horterada aqui lo ves en uno si y en otro tambien mi vecino tambien lo tiene puesto pero sin luces a mi me parece de lo mas peligroso para los coches que estan aparcados debajo esas decoraciones que nos invaden desde que han llegado los chinos a nuestras ciudades con eso de que todo es mas barato la gente no se controla y compra un monton de cosas .
Yo cada vez pongo menos cosas en casa este año solo he puesto el arbol y el velen y cuatro chorradas en la escalera , estoy deseando que mi hijo sea mas mayor y ya pase de todas esas cosas por que no veas el trabajo que da poner y recoger todo el año pasado termine con brillantina hasta en las bragas jajaja.
Las brenejenas asi tienen que estar de muerte relentaaaaaaaaa ,no se que tal quedaria este plato con el calabacin tengo dos en la nevera mañana igual me animo y pruebo,te ha quedado un plato divino.
Bicos mil y feliz finde waapa.
Ana, que tu vecino está sobrepasado de espítitu navideño, mujer. Una cosa es celebrar feliz de la vida esta época del año que para unos es pura fiesta y para otro más normalita; de festejo sí, pero también de recogimiento espiritual… Y otra cosa es sobreactuar las festividades. ¡Mi madre, entre villancicos interminables y tanta decoración navideña debés estar estresada!
Eso sí, después de tanto exceso, la receta que nos proponés nos trae el sosiego necesario para disfrutar y celebrar con sabores bien marcados y exquisitos. ¡Un placer!
Besos.
menudo platazo, tomo nota de la receta , me ha encantado , besitos
Mas ligero si es la verdad que con los excesos que se avecinan viene genial. y a ver si tu vecino se da por aludido jejejeje. ..
Jo, acabo de ver que no se publicó el comentario que puse aquí hace unos días. Lo vuelvo a escribir:
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Bufff…me acuerdo yo de cuando vivía en el piso y la vecina (que tenía su salón en el cabecero de nuestra cama) se pasaba el día poniendo villancicos de la Raya Real y cantando y taconeando. Daba igual el nivel de resaca que tu pudieras tener a las 9 de la mañana, o que tuvieras que dormir a una hora medio normal porque al día siguiente trabajases porque no todo el mundo tiene vacaciones en navidad. En fin… que te acompaño en el sentimiento, porque entiendo profundamente esa sensación de impotencia y esas ganas de huir/matar que nacen de una cuando la persona con la que te ha tocado colindar te afecta en lo personal día a día.
Por lo menos te queda el consuelo de que puedes hacer delicias como estas berenjenas que te harán olvidar los pesares de la vida terrenal por unos momentos. :)
¡Un abrazo! Y ánimooooooo!!
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Jajajaja, menos mal que no tengo vecinos de esos cerca. Y lo de la merceria jajaja, me partoooo. Milagro no acabastes desquiciada jajaja. La verdad que algunos tienen espíritu navideño para dar y regalar. A mí lo que más me fastidia es ir en noviembre al super y que haya ya villancicos. O peor aún no haber empezado las NAvidades y que en las noticias salgan cosas del Carnaval, ¡pero qué prisas tienen en que pasen los días! Con lo corta que es la vida…
Bueno Ana, la receta hoy no la apunto. Yo y las berenjenas no nos llevamos muy bien, pero seguro que están muy ricas jeje.
Aprovecho para desearte unas felices fiestas, que las pases muy bien junto a tus familiares y amigos. Un besote muy grande!
Vaya con el vecino! el otro día estábamos hablando los vecinos que menos mal que en Galilea no nos ha dado por decorar las fachadas con luces, y eso que entre los vecinos tenemos extranjeros que igual estarán más acostumbrados, por qué sino una aldea tan pequeña con las luces a diestro y siniestro igual nos encontrarían vía satélite espacial con facilidad, imagina tú vecino viviendo en medio del campo, proyectaría un foco de luz enorme, jajajaja…pero bueno, yo también creo que la receta es de los más apropiado, ligera y deliciosa, no hay que salir de la mesa rodando. Qué pases unas felices fiestas, Ana!
jajajaja… pues a mi me da mucha envidia tu vecino, salvo por lo de los villancicos. Me encantaría decorar la casa con todo tipo de luces horteras de los chinos, un papa Noel Robot que reciba a los invitados y unas cortinas hechas con peladillas de colores….
Feliz Navidad, Saturnalia o lo que celebres!