CINNAMON SWIRLS O REMOLINOS DE CANELA [Septiembre de nuevo…]

Necesito algo gustoso, gordinflón y satisfactorio para enfrentar la vuelta al trabajo después de un mes de vacaciones […un…meeeeeessssss…].

Va a ser duro cambiar las botas de montaña por zapatos [¿los pies no engordan igual que el culo, verdad?], los pantalones caídos por vaqueros [¿eso se planchaba? me suena que no] y el agua con jabón por bb cream, polvos compactos, blush [espero recordar en que orden iban las cosas].

La verdad es que me siento un poco dividida cuando vuelvo de vacaciones. Me cuesta reconocerme como esa persona que tiene en su armario vestidos, zapatos y bolsos. Durante el verano no me hacen falta, sólo uso pantalones caídos, sandalias de montaña y camisetas de algodón. Alguna vez me pongo vestido, si salgo a cenar. Pero este año tampoco ha sido muy propicio…

Hemos pasado unos días en la montaña, y nos hemos paseado en un globo aerostático, que ha molado un puñao. El cuerpo me pedía hacer algo diferente a falta de unas vacaciones como las que hemos tenido otros años. La montaña me enamora, y mis vacaciones entre hayedos y manantiales han sido estupendas, solitarias y reconfortantes, pero un poco cortas. Este año ha sido todo muy raro. De modo que decidimos hacer algo un poco distinto, algo que recordar, y nos dimos un paseo en globo sobre Segovia. La experiencia es chulísima. Hay varias agencias que hacen estos viajes, yo no quiero recomendarnos una sólo porque conozco al piloto y me cae bien, porque seguro que todos son super majos; pero si tenéis ocasión, contactad directamente con ellos. Lo que vi en las empresas que ofrecen descuentos, para este viaje en particular, es que el precio final no variaba con respecto a contratarlo directamente con el operador del vuelo.

El vuelo fue super tranquilo, muy agradable, no tuvimos ningún incidente y el aterrizaje, incluso dando dos o tres botes para tomar tierra, fue tranquilo y sencillo, sin sobresaltos ni golpes ni nada que se le parezca por lo más remoto. Me he llevado peores empellones en el metro en hora punta.

Y ya de vuelta, me toca retomar esas rutinas organizadas: hacer pan para toda la semana, planificar la compra, organizar la limpieza semanal en domingo y no cuando me da el siroco… Esas cosas. Y tengo pereza. Mucha.

He hecho estos cinnamon swirls para llevarme una alegría después de que el despertador me arruine el sueño el lunes. Voy a levantarme odiando el mundo igualmente, pero al menos… tendré algo rico de verdad para desayunar… Sí, estoy empezando a conformarme con este tipo de cosas…

CINNAMON SWIRLS

Nota: Es la misma receta de masa que la del pan zig-zag con semillas de amapola. He usado el mismo texto casi todo el tiempo, sólo varía el acabado de los bollos.

INGREDIENTES

  • Masa
    • Leche de avena, 250 g [puede ser leche de vaca si puedes tomarla]
    • Harina de trigo panificable, 500 g
    • Levadura seca de panadero, 7 g
    • Huevo, 1 pequeño [o medio grande]
    • Azúcar, 75 g
    • Sal, 5 g
    • Cardamomo fresco molido, 1 g [media cucharadita]
    • Mantequilla* fría en dados, 75 g
  • Relleno
    • Azúcar, 200 g
    • Canela, 2-3 cucharaditas generosas
    • Mantequilla* fundida, 40-50 g [ajustar según textura]

*Sin lactosa: La mantequilla tiene cantidades residuales de lactosa y algunos intolerantes podemos tomarla. Pero si no es tu caso, existen mantequillas sin lactosa en el mercado.

MODUS OPERANDI

Recomiendo mucho utilizar una amasadora, o en su defecto una batidora de varillas con el accesorio de los ganchos. Se puede amasar a mano, pero estas masas enriquecidas tienen su trabajo.

En el bol donde vayamos a amasar ponemos la leche, la levadura, el huevo y el resto de ingredientes excepto la mantequilla. Si amasamos a mano, un consejo: deja el azúcar para más adelante. La masa se portará mejor y se cohesionará antes. Si amasamos a máquina nos da lo mismo, la diferencia aquí no va a ser tanta.

Amasamos a velocidad baja unos 6-8 minutos, hasta que la masa esté firme y tersa. En este punto añadimos la mantequilla en dados y continuamos el amasado otros 6-8 minutos en baja. La masa deberá estar brillante y tersa como un culito de bebé, ha de despegarse sin problemas de las paredes del bol, y pasar holgadamente la prueba de la membrana. Si has aplazado el azúcar, el momento de añadirla es cuando la mantequilla se haya integrado, y aún falten unos minutos para finalizar.

Una vez la masa esté lista, la dejamos levar tapada con un paño o una tapa de silicona hasta que doble su volumen. Yo la dejé toda la noche en la nevera. A temperatura ambiente puede tardar entre 2 y 4 horas, aprox. [a más calor ambiente, más rápido leva].

Mientras leva, justo antes de formar los remolinos, preparamos la mezcla del relleno. Fundimos la mantequilla, y la mezclamos con el azúcar y la canela hasta tener una pasta que se pueda extender con facilidad pero que no sea líquida. Ajustamos la cantidad de mantequilla hasta que la veamos bien. No debe quedar muy suelta, o se escurrirá del interior de los remolinos durante la cocción.

Formamos los remolinos. Para ello desgasificamos suavemente la masa, hacemos una bola y la estiramos en la mesa con ayuda de un rodillo, hasta formar un rectángulo de aproximadamente medio centímetro de alto, tal vez un poco más. Embadurnamos toda la superficie con la mezcla del relleno, y lo plegamos de la siguiente forma:

Tomamos la masa por el extremo izquierdo, y plegamos una tercera parte de la masa desde el extremo al centro. Tomamos la masa por el extremo derecho y plegamos otra tercera parte de la misma forma, de modo que esta parte queda superpuesta al primer pliegue.

Una vez tengamos la masa plegada, la giramos, para que la base sea el lado largo y los lados sean los cortos. Con ayuda de un divisor de masas o cuchillo afilado, sacamos tiras de masa de uno o dos dedos de grosor. Estas tiras en realidad serán como rollitos poco plegados rellenos de la mezcla de canela y azúcar. Cogemos cada porción de masa cortada, la enrollamos a lo largo primero, y formamos el remolino, como se ve en las fotos. Dejamos que reposen y vuelvan a levar, entre 45 y 90 minutos, según la temperatura ambiente [hasta que veas que han doblado más o menos el volumen].

Pintamos los remolinos ya formados con huevo batido.

Precalentamos el horno. Metemos los remolinos. Los cocemos a 200ºC durante 12-15 minutos [comprueba que están cocidos antes de sacarlos].

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