Uno de mis olores del verano son las judías verdes. Me llevan a las tardes en casa mi abuela paterna, en la gran cocina de verano [una cocina en el patio de la casa] sentada en una silla de mimbre con un cubo enorme lleno de agua donde limpiaba y pelaba las judías verdes.
Ese olor siempre me ha devuelto a la infancia.
También al piso de estudiantes que compartía en la ciudad universitaria donde comencé mis estudios. Las judías verdes estaban en casi todos nuestros menús semanales [cocinábamos juntas, los domingos por la noche se hacía el menú semanal y los lunes se iba a la compra] al menos, mientras tenían un precio razonable, esto es desde primavera hasta entrado el otoño, cuando empiezan a subir y se vuelven prohibitivas para la economía estudiantil.
En casa las hacemos de muchas formas, pero en verano, esta versión de las clásicas judías con patatas servida tibia con vinagreta, triunfa. Y si la acompañamos con una sepia a la plancha, le damos la vuelta a las judías con sepia de toda la vida, para hacer un plato algo más ligero y fresco.
¿Te apuntas?
INGREDIENTES
[2 PERSONAS, como plato único, ración generosa]
- Para las judías con patatas:
- Judías verdes, un manojo [unos 400-500 grs]
- Patatas, 1 o 2 [unos 200-300 grs]
- Caldo de verdura, una cucharadita
- Ajo
- Aceite de oliva
- Vinagre de Jerez
- Sal
- Para la sepia:
- Sepia, una mediana
- Aceite, sal
MODUS OPERANDI
Para hacer la ensalada de judías verdes y patatas, lo primero que haremos será cocer toda la verdura. Como el resultado final requiere de un cierto espachurramiento, se puede cocer todo junto. Empezamos con las judías. Las lavamos bien, retiramos las hebras laterales y las puntas, y las ponemos en un recipiente con agua [puede ser la misma olla que vayamos a usar para cocerlas].
Pelamos las patatas, las lavamos y cortamos en trozos medianos. Las añadimos a las judías.
Cocemos ambas, en agua a la que añadiremos una cucharada de caldo de verduras [podría ser de jamón o de carne si lo prefieres, o agua con sal] hasta que estén tiernas. En olla exprés tarda unos 6 minutos, en olla convencional puede tardar unos 20.
Una vez listas, las escurrimos y reservamos. La temperatura ideal para mi es tibia, así que está bien que se enfríen un poco sin quedar del todo frías [aunque frías están estupendas también]. Una vez hayan entibiado unos minutos, las pasamos a un cuenco y las espachurramos ligeramente con un tenedor o usando un pisapatatas. Para mí el punto ideal es que estén bastante espachurradas pero que haya trozos reconocibles, un punto medio entre las verduras enteras y el puré.
Una vez hecho esto, preparamos la vinagreta. Lo primero que haremos será pelar y laminar unos dos o tres ajos.
En una sartén chiquitita ponemos dos cucharadas de aceite de oliva y el ajo, en frío, y encendemos el fuego a temperatura media-alta [del 1 al 9, sobre el 7 está bien]. No nos movemos del sitio hasta que los ajos comiencen a dorarse, cosa que ocurrirá en pocos minutos. En cuanto notemos un ligero dorado en el borde, retiramos del fuego, añadimos a la sartén el vinagre [suelta mucho humo, da un paso atrás antes de echar el vinagre] y la sal, y volcamos sobre la ensalada [podemos reservar algunos ajos para poner por encima]. La removemos para distribuir la vinagreta.
Preparar los ajos partiendo de aceite frío hará que en lugar de ajos fritos tengamos crujientes de ajo, que es un formato más chulo y queda muy bien.
Dejamos la ensalada tranquila, que vaya integrando la vinagreta.
Mientras esto ocurre, vamos a preparar la sepia. Esto sí que no tiene ningún misterio. Limpiamos, salamos y troceamos la sepia [opcional esto último] y en una sartén muy caliente con un poco de aceite, la hacemos a la plancha hasta que esté tierna. Tarda unos 5-7 minutos más o menos, aunque depende de la temperatura, del tamaño de la sepia…
Servimos la sepia recién hecha junto con la ensalada de judías verdes y patatas, añadiendo por encima los ajos reservados y si queremos un poco más de vinagreta.