Mis vacaciones de Semana Santa [no abreviaré con SS] comenzaron un jueves a las 5:45 de la mañana, con el piii piii piii del despertador taladrando mis oídos y cuatro horas escasas de sueño a mis espaldas. La gata, vista la hora que era, me miró con desafección desde su manta y decidió seguir durmiendo.
Ya en la calle, me sobreviene la sospecha de que una epidemia mortal se ha extendido por el planeta acabando con sus habitantes mientras yo dormía. Calles desiertas, persianas bajadas, nadie, nada. Sólo el metro me devolvió a la realidad y me confirmó que había vida bajo el suelo de la ciudad. El metro, y la estación de autobuses, llena de viajeros ojerosos y bostezantes.
Viajar en autobús tiene sus ventajas. Nadie lo duda. Hay muchos horarios, es barato, y puedes comprar el billete muy justa de tiempo. Y los asientos, sin ser un prodigio de espacio, son suficientes para dormir… salvo que la compañía [o el azar de la venta de billetes por Internet] te pongan un compañero de viaje… digamos… un poco grande. Enorme. Del tamaño de un cachalote. Un enorme y gigantesco orco que ocupó el asiento de al lado [y parte del mío, y parte del pasillo…]. 200 kilos de acompañante, kilo arriba-kilo abajo.
No quiero ser malvada. Entiendo a las personas de complexión gruesa, y soy consciente de que es duro para ellas. No me parece que haya que criticar esta circunstancia. Uno es grueso, calvo, bajito o tiene cartucheras, y se aguanta. Pero no voy a negar que un poco incómodo sí que resulta para los sufridos compañeros de espacio. Las cosas como son. Las compañías de autobuses deberían tener asientos especiales. Nada más. Porque pagué un billete entero y ocupé medio asiento, para tortura de mis rodillas, caderas y columna.
Las vacaciones, bien. Relax, relax y más relax. Algunos txikitos… unos pintxos… amigos… esas cosas.
Así que una vez en tierra, me tocó limpiar docena y media de alcachofas, kilo y medio de espárragos frescos, desgranar habitas y guisantes… Y cocinar, cocinar… para hacerme esta estupenda y maravillosa menestra de Tudela.
Sí, lo sé. La menestra es un plato de origen italiano y aún así muchos pueblos de nuestra glotona geografía han sufrido en algún momento ataques de patriotismo menestril [que no menesteroso] y han declarado y jurado sobre biblias, coranes y manualesdeollaexprés ser los portadores de la única, patriótica y estipendiosa menestra española, recia y casi siempre abundante en verduras y carnes.
Y yo hoy no tengo ninguna apetencia de llevar la contraria a nadie, que me gusta más comer que discutir.
Así que, con el debido respeto a todas las menestras deliciosas de todos los pueblos glotones, yo os presento lo que desde niña conozco como «menestra de Tudela» que no es lo mismo que menestra a secas. Esta mía tiene apellido, como los aristócratas y las comidas ricas.
Un privilegio del que se disfruta durante un mes [semana más, semana menos] en Tudela y comarca.
Formada por cuatro ingredientes humildes, terrosos, sencillos, campesinos.
Un lujo que nos podemos dar durante las pocas semanas en las que conviven los últimos guisantes y habitas, y los primeros espárragos y alcachofas. En este breve periodo de convivencia, se hace la menestra, la única, the one and only, the Tudelana one. Orgullo patrio, sí.
INGREDIENTES
[PARA 5-6 PERSONAS]
Alcachofas, una docena y media
Espárrago blanco, 1/2 kilo
Habitas, 1/2 kilo [peso con vaina]
Guisantes, 1/2 kilo [peso con vaina]
Ajo, 3 dientes
Jamón, 50 grs
Harina, una cucharada [15-20 gr]
Aceite, dos cucharadas [30 ml]
MODUS OPERANDI
El único secreto de la menestra es cocer todas las verduras por separado. Dejarlas al dente, y unirlas únicamente al final del guiso.
Limpiamos todas las verduras: deshojamos las alcachofas, guardando aparte hojas intermedias y tallos*, todo ello en agua con limón [corazones y restos]. Limpiamos los espárragos. Desgranamos habas y guisantes, guardando aparte sus vainas, libres de hebras y puntas*.
Cocemos:
Los espárragos, partiendo de agua fría con sal y una pizca de azúcar, 20 minutos desde el primer hervor. Conservamos en su agua.
Las alcachofas [sólo corazones, partidos en mitades] partiendo de agua hirviendo con sal, 20 minutos. Escurrimos.
Las habas, partiendo de agua hirviendo con sal, 10-15 minutos. Escurrimos.
Los guisantes, partiendo de agua hirviendo con sal, 10 minutos. Escurrimos.
Preparamos la menestra:
En una cazuela ancha, ponemos el aceite y cuando comieza a estar caliente añadimos el ajo. Lo doramos a fuego medio, y añadimos el jamón en taquitos, dejamos dorar también. Añadimos a este sofrito la cucharada de harina [yo le pongo una pizquitina de sal para que no ensose el guiso, muy poca], removemos bien y lo ligamos todo con un poco de caldo de los espárragos [medio vasito].
Empezamos a añadir las verduras, en este orden: Alcachofas – habas – guisantes – espárragos. Vamos moviendo la cazuela y nunca jamás [nunca de los nuncas y jamás de los jamases] metemos una espátula y removemos. No se toca. Sólo se mueve ligeramente la cazuela. Y se añade caldo de los espárragos si hace falta, aunque debe quedar seca, es lo justo para que no se pegue.
*Aprovechamientos y reciclajes varios:
…Alcachofas. Se quitan solo las hojas exteriores. Las intermedias, duras pero limpias, se lavan bien. Los tallos se pelan. Todo ello se cuece 20-25 minutos. Se pueden cocer con más verduras para hacer un puré, o usar para una salsa de alcachofas que acompañe un plato de pasta. Eso sí, lo tenemos que tamizar muy pero que muy bien, será una pesadilla de fibras duras.
…Vainas de guisantes. Se lavan bien, y se quitan puntas y hebras laterales [yo no lo hago y luego tamizo muy bien]. Se cuecen y se usan en puré. Mi receta: vainas de guisante, cebolla, ajo, zanahorias, laurel. También se pueden trocear y saltear como si fueran judías verdes, para esto sí quitaremos las hebras.
…Vainas de habas. Se lavan bien, y se quitan puntas y hebras. Se pueden cocer y usar para puré [mi receta: vainas de haba, puerros, nabo, tal vez calabacín…] o usar como si fueran judías verdes.
Mmmmm pues le deberías haber dicho al señor orco la receta de la menestra!!! Igual asi perdería algun kilillo!! Mmmm me ha encantado la receta de hoy, me parece muy sanita y nunca he comido menestra de esta manera, nunca he combinado espárragos con habitas!! Pero me parece una combinación deliciosa!!! Las fotos son espectaculares!! Un besito guapa y venga ánimo con la rutina de nuevo!!
Es una gozada ver esos platos tan apetitosos, y mas si has tenido familia en casa y has tenido que cocinar ollas de callos o caldos gallegos, a mi me encanta la menestra, y la verdad es que no la hago mucho, pero estas fotos me estan pidiendo por dios que las haga y rapidito, un besito
Que lujo de menestra, a estas horas y apetece. No conocía la «de Tudela» y me ha llamado la atención que hiervas cada verdura por separado, mi madre que va a lo rápido las echa por tiempos pero todo junto.
A esta menestra no le falta un perejil, un plato delicioso y sano.
Un besote enorme.
Con mil sabores
la menestra es un plato de lujo cuando las verduras son de primera como las tuyas, cuando comparas lo congelado con lo fresco no hay color. besos
Que bueno se,soy una apasionada de las menestras de verduras ..me encanta besos.
¡Un plato de lujo!
besitos
El tocinito está para convencer a los remisos, seguro. Así, no queda nada en el plato seguro. Un besote.
Uf, yo le cogí mucha manía a viajar en autobús! Pero para distancias no muy largas es un buen medio de transporte, salvo que tengas pala suerte con el acompañante, claro… Yo me he abonado al tren para ir y venir de Murcia :).
Da igual quién la inventara (si es que eso se puede aplicar a un plato como este), la menestra bien hecha con buenos ingredientes es una delicia poco valorada como se merece. Deliciosa!
Un abrazo
Ufff, qué menestra¡¡¡ son palabras mayores¡¡¡¡¡
Este plato (tan aristocrático con nombre de procedencia incluido) tiene que ser una delicia. Tiene una pinta bárbara que te invita a probarlo; además, con los vegetales de tierra y su sabor de verdad que lo enriquecen como Dios manda. Riquísmo con todas las letras.
Un beso.
No tenía ni idea de que las vainas de los guisantes se usan para hacer cremas. Y yo tirándolas! Me quedo con the one and only, of course. Besos.
Me encanta la menestra y esta tiene que estar buenísima.
Un Beso
http://cocinandoconlafamily.blogspot.com.es/
Te ha quedado una menestra increíble de rica y sobre tus historias… ¡Me encantan! jajaja
besazos
Que platito más sano, así da gusto.. Gracias por visitar mi cocina ;)
Tienes un regalito en mi página. Felicidades!!
Desde luego es la mejor de las menestras y así con su jamoncito y todo una delicia.
Besazos.
que buena pinta, y que sana menestra, me ha gustado muchisimo, un besin!
Pues si tu viajabas incomoda imaginate el que no cogía en el asiento!!!!!, asientos más grandes para todos y así se acaba el problema, jajaja. Tu menestra es un lujazo, hija menuda pinta tan estupenda tiene. Riquisima, eso seguro.
Un beso
Como dice Chelo, un lujazo de menestra, con esos ingredientes ya tienes ventaja, y además has tenido la paciencia de cocer cada verdura por separado, solo por eso te mereces un premio, y además es un plato sanísimo.
besos,
Espero que te haga mucha ilusion este premio que te he dejado y que puedes recoger cuando quieras,
http://recetasdelulusiniestra.blogspot.com.es/2013/04/primer-premio-de-abril-2013.html
saluditos
Lo que daría por unas verduras de estas que tu dices de las que saben de verdad, he perdido la cuenta del tiempo que hará que no preparó una menestra.
Gracias por compartir esta maravillosa receta.
Besos.
Jeje qué bien escribes!! la verdad es que tus introducciones siempre me hacen sonreir. Ayy qué envidia de verduritas, yo sólo tengo ocasión cuando voy al pueblo de mi marido y vengo cargada… ahora con el niño menos, todo hay que decirlo, a veces hasta me planteo si dejar al niño y traerme ese saquito más de naranjas o patatas!! depende cómo tenga el día el nene, la tentación es grande, jajaja Tu menestra sencillamente espectacular, y claro, con esa materia prima, no me extraña.
Un besote.
Una menestra como esta que nos traes y encima con buenos productos es divina y a la que es imposible decir no. Buenísima y bien sana.
Bss
Pues yo me he quedado sin palabras…es tarde, pero viendo las fotos se antoja un plato sencillo pero pletórico de sabores como este tuyo. Impresionante! La de historias que surgen en los viajes y con los viajeros…por lo menos tus compañeros de asiento no se descalzaron y tuviste que sufrir a parte del agobio del mermado espacio el insoportable olor de pies andados y bien andados, como me ocurrió a mí en uno de mis últimos viajes en bus. Bss