NUDE LAYER CAKE DE MANZANA Y CARAMELO SALADO [En pijama]

Layer cake de manzana y caramelo salado

Layer cake de manzana y caramelo salado

Layer cake de manzana y caramelo salado

Es vergonzante. Pero voy a confesarlo: A veces, cocino vestida de fresita.

Deja de juzgarme, que bien mirado, cocinar layer cakes vestida de frutita, en realidad, es un acto de coherencia. Sobre todo si cocinas para #cookingthechef y te has inspirado en Christian Escribà, un tío con una pastelería muy cuqui que justifica el atuendo elegido.

Tengo un pijama de fresa porque están de moda. Es más, no es un pijama, es algo mucho peor: es un mono de cuerpo entero, con capucha coronada con un pedúnculo de peluche verde. Y tiene la barriga blanca, como los muñecos de trapo antiguos.  El resto del mono es rosa fresa [esto ya te lo habías imaginado] con lunares blancos. Una cosa muy digna. El mono en cuestión fue un regalo. No digo esto como excusa, porque soy yo quien se lo pone, pero fue un regalo. De hecho no me lo regalaron a mí, sino al vikingo. Sí, no preguntéis. Y el vikingo no lo usa porque tiene su propio pijama-mono de caballo, con su capucha con orejas y la cola cosida en el trasero. Y lo tiene porque se lo regalé yo. Esto se llama ciclo del karma. Tú le regalas a alguien un pijama de caballo, y terminas cocinando layer cakes vestida de fresón. Parece justo.

La cosa es que si insisto en usar mi pijama-fresita, es porque es muy, pero muy calentito. Es ultracaliente. Y cómodo. Yo antes era una señora de bata, de bata buena, comprada en mercería, de esas que sirven para irte de travesía por Siberia. Y la bata es caliente, pero no es cómoda. No lo es porque la usas encima de la ropa de estar por casa, que por definción es esa ropa viejuna, grandota, dada de sí y caliente [por lo tanto, gorda] que has retirado de la circulación pública. Y la ropa más la bata hacen una capa tan gruesa que no doblas los codos. Y sí, vas caliente, pero tienes que cocinar y las mangas no te las puedes subir porque no hay donde doblar tanta tela en tan poco trozo, y se te bajan todo el rato, así que la bata pasa media vida en la lavadora porque las mangas están churretosas de pegotes de masa, de nata, o de veteasaberqué. Y además, no cubre las piernas, otro inconveniente.

El pijama, en cambio, es comodísimo. Mucho. Libertad total. Te lo pones, subes la cremallera, y que nieve dentro de casa si quiere, que tú ya estás preparada. Te lo puedes poner sin nada debajo, o con una camiseta fina, y vas la mar de caliente, y de ligera. No es grueso, y da una libertad de movimientos que ya querría tu bata. Te tapa hasta los pies. Todo ventajas. Y una única pega: ¿Nadie ha pensado en hacer pijamas-mono que no sean de animales, personajes de anime o frutas? No sé, lisos de un color, sin barriga, sin capucha coronada por cosas de peluche, y que no sean pijamas de dos piezas que te mueves y te cogen frío los riñones. La clave es una pieza. Ahí dentro no pasa el frío. Ahí dentro se está bien.

Y de vez en cuando asoma la manga en un vídeo pero mira, no es tanto problema. Por cierto, primer vídeo que hago. Os podéis apiadar y esas cosas. No he conseguido meter títulos [tengo Linux, si alguien me quiere recomendar un buen programa de edición…]. El problema es que llamen a la puerta. Y sea la vecina. Y yo estoy vestida de fresa y el vikingo de caballo. Apagamos las luces, dejamos de hacer ruido y fingimos que no hay nadie en casa.

El siguiente el problema es que el pijama se ensucia. Claro. Y lo tienes que lavar. Si lo lavas en frío no destiñe. Y luego tender. Y mi casa no tiene tendedero, lo que tenemos es una azotea comunitaria. Y hay que subir, sigilosamente por la noche, sin ser vistos, tender y recogerlo por la mañana. O someterse al escarnio público. Y tender los dos pijamas, manga con manga, en la cuerda… de otro vecino. Claro. No los voy a tender en la mía. Pero por lo demás, son todo ventajas. Y calor. Y comodidad. Y los layer cake salen muy bien con ellos puestos. De verdad.

Layer cake de manzana y caramelo salado

Layer cake de manzana y caramelo salado

NUDE LAYER CAKE DE MANZANA Y CARAMELO SALADO

CAL 282,0 · HC 35,0 · PR 6,4 · GR 14,3 [100 G]

CAL 489,1 · HC  60,8 · 11,1 · GR 28,4 [POR RACIÓN / 8 RACIONES]

INGREDIENTES
[PARA UN MOLDE DE 16 CM]
[Para un molde de 22 cm, multiplica todo por 1,5]
 
Bizcocho genovés
Huevos, 4 medianos [200 g]
Azúcar, 125 g
Harina, 125 g
Sal, una pizca
 
Almíbar de calar
Azúcar, 70 g
Licor de manzana, 60 g [si tienes sidra, adelante con ella, y usa 100g de azúcar]
Agua, 40 g
 
Caramelo salado
Azúcar, 75 g
Mantequilla salada*, 30 g
Leche de almendras** 60 g
 
*O mantequilla normal con 0,5 g de sal [la puntita de un cuchillo] Hay mantequillas sin lactosa, aunque la cantidad de lactosa de la mantequilla en sí misma es residual y casi todos los intolerantes podemos tomarla
**Lo normal sería usar nata, yo no tenía nata vegetal y he usado leche de almendras en su lugar. Puedes usar nata corriente de cocinar o leche evaporada.
 
Relleno
Nata sin lactosa, 300 g
Azúcar, dos cucharadas
Almíbar de calar, dos cucharadas
Opcional: Gelatina, dos láminas [4 g]
 
Manzana caramelizada

Manzanas, 500 g

MODUS OPERANDI

Las recetas de layer cake con tantos elementos, así de entrada parecen una cosa complicadísima como de hacerse un master antes de empezar a calentar el horno, pero nada más lejos de la realidad. Este layer cake es sencillísimo y aunque es verdad que tiene muchas elaboraciones, voy a comenzar explicando la dinámica de la receta, que se puede hacer completa en una hora y media, como mucho dos.

Lo primero que haremos es un bizcocho genovés, que cortaremos en tres discos cuando haya enfriado. Mientras el bizcocho se hornea y posteriormente se enfría, haremos las demás preparaciones en este orden: Almíbar de calar, que reservaremos para que enfríe; Caramelo salado, que también tiene que templarse un poco; manzana caramelizada en el cazo del almíbar para aprovechar los restos; y finalmente la nata montada con una parte del almíbar ya frío. No he puesto gelatina en la nata porque la tarta se iba a consumir en unas horas, pero te explico como hacer si la preparas con más antelación o crees que puede sobrar.

Bizcocho genovés

Precalentamos el horno a 250 ºC.

En un robot de cocina, o con ayuda de unas varillas eléctricas, montamos los huevos con el azúcar hasta que alcancen el punto de cinta. Este punto es cuando levantamos la varilla de la masa y ésta cae al bol con la consistencia de una cinta gruesa. Con una Kenwood a velocidad 5 ha tardado 10 minutos. No intentes hacer esta operación a mano. Salvo que tengas un brazo robótico.

Con la mezcla ya montada en punto de cinta, incorporamos la harina tamizada y la pizca de sal. La mezclamos con espátula, nunca con el robot [incluso con la pala y a velocidad baja, a mí me quedan trazas importantes de harina en el centro de la masa]. Lo hacemos con suavidad, en movimientos envolventes, para que no se baje. Lo  metemos en un molde o aro de hornear abierto a 16 cm. Es importante respetar esto, para que tenga la altura adecuada [sirven 15 o 17cm, pero no te desvíes más del camino…]

Horneamos a 180 ºC unos 15-20 minutos, aunque algunos hornos pueden necesitar más, siempre hay que pinchar el centro del bizcocho antes de darlo por bueno.

Mientras el horno está funcionando, nos dará tiempo a preparar el almíbar y el caramelo.

Almíbar de calar

En un cazo calentamos el agua y el licor de manzana dos o tres minutos. Esto servirá para que evapore algo de alcohol antes de empezar a formarse el almíbar. Añadimos el azúcar, esperamos a que esté completamente disuelto y cocemos unos cinco minutos, para que coja algo de espesor. Retiramos a un vaso y lo dejamos enfriar. Un almíbar en sentido estricto tiene la misma cantidad de azúcar y de agua, he reducido el azúcar porque el licor de manzana ya tiene y podía resultar muy empalagoso. Si usas sidra o no usas licor, respeta la proporción original.

Caramelo salado

En el mismo cazo que hemos usado para el almíbar, ponemos a calentar a potencia media el azúcar. No le damos mucha caña, porque se quema, hay que tener un poco de paciencia. Cuando empiece a estar un poco rubito, incorporamos la mantequilla, y la mezclamos bien. Si no es salada, añadimos la sal aquí. Lo retiramos del fuego unos minutos, para que baje la temperatura. Entonces añadimos la nata o la leche, de poco en poco y moviendo. Si vemos que está muy frío, lo podemos volver a poner al fuego y ayudar a que se integre, lo tenemos a fuego bajo dos o tres minutos, para que espese un poco. El mío se quedó frío, en el vídeo se puede ver que lo devolví al fuego unos minutos. Retiramos a un cuenco, y dejamos que se enfríe. Cogerá cuerpo, debe quedar líquido tirando a espeso pero sin coger punto de hebra. Similar a la textura de un sirope ligero.

Manzana caramelizada

En la misma olla que hemos usado para el caramelo, sin limpiar los restos, ponemos toda la manzana pelada y cortada en cubos.  La dejamos cocinarse a fuego medio-bajo durante unos 20 minutos, moviendo de vez en cuando, hasta que esté blandita y caramelizada.

Nata montada

[Opcional: Si vas a consumir la tarta muchas horas después de haberla hecho, tienes que fijar la nata con gelatina. Para ello, pon a hidratar la gelatina en agua fría unos cinco minutos. En un cazo pon a hervir dos o tres dedos de agua con una cucharada de azúcar. Cuando hierva, disuelve las hojas de gelatina, retira del fuego y reserva. Tienes que esperar a que enfríe o al menos, entibie bastante.]

Montamos la nata con una varilla eléctrica. Cuando esté semimontada, incorporamos el azúcar, y dos cucharadas del almíbar que teníamos reservado para calar el bizcocho, le dará un toque. Si usamos gelatina, la incorporamos aquí, es importante que cuidemos de no añadir mucho líquido, que no esté caliente, y lo hagamos poco a poco. Reservamos en una manga pastelera.

Montaje

El montaje es muy sencillo. Cortamos el bizcocho en tres capas, con ayuda de una lira de repostería o un cuchillo y mucho pulso. Calamos la primera capa con el almíbar, repartimos una pequeña parte de la manzana caramelizada, y terminamos con nata. Colocamos la siguiente capa, repetimos la operación, y acabamos con la última capa de bizcocho, que colocaremos con el copete hacia abajo para poder calarlo bien. Lo calamos, y en lugar de nata, ponemos encima toda la manzana caramelizada restante, y vertemos con cuidado el caramelo líquido, que estará ya más densito que al comienzo. Dejamos caer por los lados unos churretones, que darán un aspecto brutal y apetecible a la layer cake, y servimos el caramelo sobrante en un cuenco junto a la tarta.

Layer cake de manzana y caramelo salado

23 comentarios en «NUDE LAYER CAKE DE MANZANA Y CARAMELO SALADO [En pijama]»

  1. Me has creado una necesidad!! quiero un mono de esos, yo lo quiero de unicornio… Wiii, seguro que me quedaría genial :D. Y el pastel, se ve delicioso, tengo muuchas ganas de probar el caramelo salado. Besotes!!!

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  2. Ana no sé que me ha gustado más, tu nude pastelero, o tu «desnudo» bloguero, y es que contar lo de tu mono-pijama fresita es lo más, cómo me he reído niña, y es que últimamente faltaba un poco de aire fresco por estos sitios, que nos recuerde que no todo el monte es orégano, ni toda la blogosfera es glamour hasta la médula, jajaja.
    Me encantan las cosas como Dios las trajo al mundo, sin capas superfluas que todo lo tapan, y nublen nuestros sentidos.
    Besos.

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  3. Hola! ¡Ay! Por favor ese pastel estaría mucho mejor con la «afoto» del pijama de fresita, no sabes lo que estoy riendo. Tienes toda la razón, las mangas de las batas bajan, bajan solas como si fuesen atraídas por el merengue o la pasta que estés haciendo. Yo también me he comprado uno de esos de cremallera y es lo más cómodo del mundo y, sí, hay que lavarlo pero el mío es blanco como la nieve (para que las manchas de la cocina se vean bien… ja ja ja ).

    En fin, este es uno de los pocos meses en los que no he participado en Cooking the Chef, con lo que me gusta y se aprende; pero la verdad es que no encontré gran cosa o eran muy complicados o demasiados sencillos como unos panellets que a puntito estuve de hacerlos. Mejor así, encima estamos a dienta rigurosa y esa exquisitez de Christian Escribá nos la hubiésemos zampado sin ningún remilgo.

    Bueno, Ana, muchos besos y esta tarde me pasaré a ver las maravillas que los otros compis habrán hecho para deleite de todos (aunque estemos a dieta y con más hambre que «el perrounciego»).

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  4. Glamour total conjuntando el esmalte de uñas con el pijama, es lo más !! La tarta se merece una ola, el caramelo salado es exquisito me encanta con esos trocitos de manzana. Y ya que todo el mundo pide ver el pijama de fresita, si quieres que te diga la verdad a mi me intriga más el de caballo !! Besos.

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  5. Jajajajjajjajajj Ana eres genial, no puedo con la risa, os imagino haciendo el video, que risa, anda que en el tendedero jajajaj. No los hacen de color liso, porque, entonces no tienen gracia.
    Las uñas divinas, el color del pijama precioso y el video me ha encantado.
    Bueno y la tarta ya la estoy haciendo, eso sí, sin nata, le pondré merengue. Me encanta la mezcla de manzana y caramelo salado.
    Besinos
    El toque de Belén

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  6. Ana con pijama o sin, completa y con capucha y rabito, en invierno es lo más reconfortante; ya veo que somos de las que no aguantamos ningún pequeño viento en nuestra espalda, que con este pijama se arruncha una y queda cómodo para disfrutar de este pastel desnudo. Me encantan estos pasteles y con fruta es una delicia, ya el aporte de caramelo salado lo lleva al paraíso, y el vídeo me encanta, que aún sin texto da para entender todo con la explicación que das.
    Un abrazo

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  7. Creo que he visto ese pijama-mono de fresa en alguna parte, pero no te imagino con él puesto! Si es cómodo y calentito, viva :). Yo en la nueva casa no paso casi frío, pero me apaño con la bata que me trajo Papá Noel (también de mercería, que es muy listo) con su estampado de huellas de ositos, claro. Pero necesito ver el de caballo del vikingo! Con cola y todo!
    La tarta tiene una pintaza buenísima y el vídeo te ha quedado estupendo, con el trabajazo que dan. Ah! Y qué envidia de manos, mis dedos son un engendro y tengo las uñas siempre hechas un desastre xD

    Un abrazo

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  8. quiero foto de ese pijama y que cuentes el frío que pasas cuando tienes que ir al baño en mitad de la noche, uno tuve hace tiempo y lo deje de usar por eso, no he sido nunca de bata y llevo unos años desde que dejé de compartir piso y vivir en casa de mis padres que tampoco soy de pijama pero me encannta las sudaderas de colores muy muy vivos y bueno con esas no salgo a la calle jejejje QUe rica tu layer, el bizcocho genoves mi preferido y con el caramelo salado uno de mis sabores dulces preferidos, perfecto ahora a pensar en el próximo mes, besos

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  9. Pues llamame rara o lo que quieras pero yo no puedo cocinar ni estar en casa si no es al ir para la cama o al levantarme para desayunar si estoy enferma en pijama y bata , no lo considero comodo ,aunque respeto a quienes lo haceis .
    No dudo lo mas minimo que este de rexupete , te ha quedado divinisimaaaaaa.
    Bicos mil wapa.

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  10. jajajaja, anda que si se te gira la cámara en el video y sale el pijama!!! …. ya ni te cuento si añadimos al vikingo/cabllo ;-))))
    Me quedo con el caramelo salado que me seduce mucho. Todo el post un éxito Ana, el cake, el video y tu prólogo. Enhorabuena.
    Besos.

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  11. Ay Ana, me encantaría verte por un agujerito con ese pijama de fresa. Tienes que sacarte una foto con el pijama y subirla al blog. Otras veces te he dicho que disfruto mucho leyéndote. Me han encantado tu propuesta y no he probado nunca el caramelo salado. Me lo apunto en pendientes. Enhorabuena.
    Bss

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  12. Algunos días también cocino en pijama, pero no es tan bonito como el tuyo o el de tu santo. He de reconocer que tengo uno de mono entero con animalitos pero no lo pongo mucho porque lo de ir al baño me hace despojarme prácticamente de él y eso no es my práctico que digamos. Me apunto a todas las que piden foto de tan lindo atuendo, a ver si con la presión conseguimos que publiques una. Tu layer bien merece que le hagamos la ola un par de veces como mínimo. Bss y feliz S. Valentín

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