Hay que joderse.
Yo entiendo que el gobierno no podía avisar de que iba a decretar el estado de alarma, porque habríamos corrido todos como cabestros a nuestras tiendas preferidas para consumir compulsivamente todas las cosas que garantizaran un ocio adecuado a nuestros intereses en nuestro tiempo de confinamiento.
Yo lo habría hecho.
Sobre todo porque yo con el confinamiento he tenido un problema y no es moco de pavo. Que ya me pasó cuando estuve 15 días de baja inmovilizada en casa y es un drama: no me gusta la tele.
No voy a poner ahora pose de gafapasta pasada de rosca, no. A mí la tele no me ha hecho nada. No tengo ningún prejuicio absurdo ni ningún tipo de discurso argumentado contra ella. Para nada. Lo único que me pasa, es que no me entra. Lo que no me entra, más que la tele, es el formato de lenguaje audiovisual. No me gustan ni las películas, ni las series. Sí me gusta y mucho el teatro, pero ese en casa no puedo disfrutarlo.
Mejor, la palabra no es que no me gusten, es que… no me entran. No sabría como explicar esto. Nunca tengo ganas de ver esos formatos, y a pesar de que algunas películas, cuando me veo abocada a verlas por cualquier motivo, me gustan, eso no hace que me sienta inclinada a ver más. Es complicado. He conseguido ver con gran disfrute la serie Chernobyl, por el hecho de que es una serie documental [más o menos, lo sé] y eso ya me gusta más.
Me encantan los documentales. Incluso los de cosas que me importan un pimiento. Esos de ¿Como lo hacen? donde te explican como hacen masa para galletas de exploradora en una fábrica de Arkansas. Eso me importa un pimiento. Pero lo veo. No sé por qué. También los de viajes, ciudades, gente que vive en otros países y te cuentan lo listos que son y como mola ser el españolito más listo que los demás que se fue a una isla perdida del Caribe a montarse unos cursos de buceo para turistas, o los de las obras hidraúlicas del antiguo Egipto. Sin filtro.
Claro, que de eso ponen poco. Y en la tele de pago, que he contratado sólo para la cuarentena con la esperanza de que me ofreciera algún tipo de ocio, pues no hay. Al menos en la mía. Un rollo.
Y no he podido saquear la tienda de lanas para pasar más horas tejiendo. Libros no los menciono porque tenía 15 libros apilados en la lista de espera y… bueno, ahora hay menos.
La otra cosa que me queda de ocio es cocinar. Para eso sí puedo comprar. No puedo ir a mi tienda de granel cuando se me acabe la alcaravea [temo que llegará el momento] ni podré pedir harinas ecológicas de mi molino predilecto para hacer pan cuando se terminen los 8 kilos que tengo todavía, pero puedo comprar cosas ricas. Me he sacado los libros de cocina preferidos y los tengo apilados y llenos de post its. Soy razonablemente feliz.
Tengo la suerte de haberme quedado confinada con el vikingo que es un ser increíble, y con la gata, que está feliz con su repentina barra libre de humanos.
Y de tener todavía bastante harina. Eso sobre todo.
¿Qué? ¿Cómo lo lleváis vosotros?
PANECILLOS DE MANTEQUILLA
INGREDIENTES
- Harina panificable, 500 g
- Leche de avena*, 250 g [puedes usar leche normal]
- Huevo, 1 [aprox 50 g]
- Mantequilla en punto pomada**, 40 g
- Azúcar, 30 g
- Sal, 10 g
- Levadura de panadería, 8 g
- Vainilla, opcional, al gusto
- *La receta original pide 230 g de agua y 25 g de leche en polvo. He hecho este ajuste tras poner 230 g de leche de avena en lugar de esta fórmula y tras comprobar que la masa pedía un poco más de hidratación. Mi consejo es que si usas leche, pongas 230 g y veas si hay que ajustar o no.
- **He etiquetado la receta como «sin lactosa». La lactosa de la mantequilla es residual, y muchos intolerantes a la lactosa podemos tomarla, pero si no es tu caso, usa mantequilla sin lactosa mejor que aceite para esta masa.
Receta de Jeffrey Hamelman
MODUS OPERANDI
En la cubeta de un robot amasador, o si lo vas a hacer a mano, en un bol, ponemos todos los ingredientes excepto la sal y los mezclamos a velocidad baja unos 3 minutos hasta tener una masa un poco tosca, que no está muy amasada. Subimos la velocidad y amasamos unos 5 minutos hasta que la masa esté firme, con una consistencia intermedia [no es una masa tan firme como las masas de pan]. Si amasamos a mano, el proceso es un poco más a ojo, cuando la masa esté lisa y se despegue con facilidad de la mesa de trabajo, estará lista. Ante la duda, pasamos la prueba de la ventana.
Dejamos que leve hasta doblar su volumen. A una temperatura ideal de 24 ºC tarda una hora. En mi casa ha tardado casi 4 horas. Depende de la temperatura del lugar donde la hayamos puesto a levar: a más frío, más tiempo tardará. Si hace frío, puedes envolver el bol en una mantita polar de esas que pesan muy poco pero dan calor. No obra milagros, pero la masa lo agradecerá.
Una vez haya levado, pasamos a dividir la masa y hacer los bollitos. Lo primero que haremos será cortar 24 porciones de 35-40 gramos, aprox. En realidad puedes hacer los bollitos del tamaño que te de la gana, mientras sean uniformes o puedas dividir el horneado por tamaños para que todos los que entren juntos sean más o menos iguales.
Dejamos que las masas divididas descansen 5 minutos para que se relajen, y empezamos a bolear y formar los bollitos, o lazos, o lo que queramos. Esta masa está pensada para hacer bollitos redondos tipo buns pero a mí me ha dado el aire de hacer unos lazos. Sin más.
Dejamos que leven por segunda vez, cubiertos por un paño de algodón o de lino para que no hagan costra. Cuando estén de nuevo levados, los pincelamos con máximo cuidado con leche, mantequilla o huevo, a nuestro gusto, y los horneamos. Cuando calculemos que falten 15-20 minutos, precalentamos el horno a tope. Esto es un poco orientativo, hay hornos que tardan menos y otros más, yo siempre meto un termómetro de horno y espero a que llegue a 250 ºC.
Horno: Para este tamaño: 200 ºC y 10 minutos. Para cualquier variación de peso o de forma, sólo nos queda estar pendientes del horno y sacarlos cuando empiezan a dorarse. Ten en cuenta que no todos los hornos tienen la misma potencia, en cualquier caso, tendrás que hacer algún ajuste con el tuyo.
Hola preciosa. Yo si disfruto con la tele, no me averguenzo tp, algunos programas de entretenimiento, peliculas (buenas) y series (algunas tb). Leer, punto de cruz, cocinar…. me paso la vida deseando un tiempo asi, sólo para mi. Me falta mi gata, pero x lo demás no me pesa. Bueno, obviamente sin el estrés: lo cogeré?, lo contagiaré? Qué pasará luego?
Step by step … y con buenos panes. Besos y un abrazo a los 3.
Bueno pues yo lo llevo bastante bien porque como estoy confinada en mi trabajo apenas tengo tiempo de nada y aunque me traje tres libros para leer aún no he abierto ninguno porque en el tiempo que tengo para descansar entre turno y turno entre hacer llamadas a la familia , amigos y contestar wasap si me queda un ratito puedo venir a visitar vuestros blogs y quitarme el mono de no cocinar que envidia me dais una cuánta cuando veo todo lo que hacéis .
Eso sí en vez de adelgazar voy a terminar cogiendo unos kg porque no veas lo rica que está la comida y la de cosas de dulcerio que tienen a nuestra disposición para que no nos falte de nada.
Como dice mi hijo más que confinada parece que estás de vacaciones .
Los panecillos de ven divinisimoooos y seguro que están de rexupete la de cosas que vas hacer con esos 8 kg de harina.
Cuídate mucho .Bicos mil para los dos 😘
Levadura normal o de panadero ???
Tienen una pinta estupenda
Hola! Levadura de panadero, gracias por avisar, lo acabo de corregir… :)
Hola guapa! Hace tiempo que no venía a verte pero ahora si algo nos sobra es tiempo, así que encantada de volver a leerte.
Esto del confinamiento es un caos, yo fui de las previsoras y me vi venir la película bastante antes, por eso lo flipo con lo de «nadie lo vio venir», mis c…ones, jajaja, menuda excusa más patética, pero mejor dejarlo…
Así que yo si que tenía de todo, pero ojo, todo se va acabando y hay que salir a comprar como si fueras a una guerra con el kit completo, mascarilla, guantes, desinfectante, lista en la mano. Surrealista es poco.
Llevo años con el blog y nunca he hecho panes, ni panecillos ni nada pero igual es el momento, o mejor dicho, qué mejor momento que empezar? Eso si, harina del mercadona y levadura si encuentro, que eso es otra historia. Tus panecillos están de revista de cocina, una auténtica maravilla.
Un abrazo y cuidaros mucho.