CAL 179,6 · HC 5,5 · PR 15,8 · GR 12,8 [POR RACIÓN, INCLUYENDO LA SALSA]
Yo de pequeña era una niña de buen comer. En general. Mis padres no necesitaron nunca recurrir a estos trucos para esconder el pescado ni la verdura.
Ponía pocas pegas.
Me crié en un entorno familiar con una larga tradición de posguerra [la posguerra en mi casa acabó a la vez que mi abuela materna, que la llevaba en el ADN mismo] y no nos andábamos con tonterías. En su casa, la comida se come. Y punto.
Y ve tú a decir que no, a ver que tal te va.
Mis abuelos eran de aquella generación que había pasado hambre, y te inculcaban lo que valían las cosas. Mi abuela, de hecho, celebraba los domingos con cien reales de filetes. Y sí, mi abuela en pleno siglo 20 contaba en reales.
Mis abuelos tenían un pequeño negocio de chucherías, y cuando hacían la caja, mi abuelo contaba todas las moneditas, y le daba la cantidad a mi abuela… convertida a reales.
Así que en mi casa, la comida, se comía. Y punto.
¿Que no te gusta el pescado? Le pones mahonesa. ¿No te molan las judías verdes? Les pones mahonesa. ¿El apio dices que te huele raro? Lo entierras en mahonesa. Y punto.
Aquí no había melindres, ni esquemehacebolaaaaaa ni leches en vinagre, como decía mi abuela.
Y si no te comías las habas, las cenabas. Y no será la primera vez que me las desayuno. Pero no como amenaza, no. Como desayuno.
Tenía mi abuela mucha razón en una cosa: el hambre es muy poderoso. Vaya que sí. Eso era negociar, si yo creo que la policía no la fichó como instructora porque así, con su andar encorvado y sus batas de flores no daba la imagen, pero eso era negociar.
Yo os prometo que cuando veo a los niños de ahora, educados a golpe de te quito la tele y bollos industriales, me acuerdo de mi abuela, sus batas de flores y el plato de habas, y os aseguro que les quitaba la tontería del esquemehacebolaaaaaa en un meneo.
Y confieso que he probado sus tácticas con mis sobrinos. Y funcionan. Es cuestión de dejar que no coman lo que no quieran comer… ni ninguna otra cosa hasta que el hambre obre el milagro. Lo bueno de este sistema es que te vacilan el primer día, el segundo refunfuñan y el tercero ya comen. Y punto.
Mano de santo. O de abuela, de abuela.
Receta hecha para Tia Alia
MODUS OPERANDI: TRADICIONAL
Lo primero de todo es hacer puré los tomates. Podemos usar un rallador, un robot de cocina o comprar tomate triturado de lata.
En una sartén, ponemos a calentar el aceite y añadimos la cebolla y el apio cortados muy menudos con una pizca de sal. Cuando las verduras estén pochadas, unos 5 minutos, añadimos el puré de tomate, otra pizca de sal, y lo dejamos cocinarse 20 minutos.
Cuando hayan pasado 10 minutos, incorporamos la merluza salpimentada a la sartén para que se vaya cocinando. Si son tacos gruesos la metemos un poco antes para que no se quede cruda en el interior.
Una vez pasado este tiempo, la salsa de tomate estará hecha y la merluza cocinada. Dejamos que se temple un poco, y desmenuzamos bien la merluza con las manos quitando pieles y espinas, si las tuviera.
Pasamos el tomate y la merluza ya limpia y ligeramente desmenuzada a un robot de cocina o al vaso de la batidora. Si no tienes, siempre puedes espachurrarlo bien con un tenedor. Añadimos los huevos y la nuez moscada, y lo batimos todo hasta que esté a nuestro gusto, la textura no tiene que ser necesariamente fina, puedes dejar tropezones si te gusta más.
Ponemos la pasta de merluza en un molde y lo llevamos al horno. Para un molde tipo cake tardará 40 minutos a 180º, pero si el molde es más bajo reduce el tiempo, y en todo caso pincha el pastel antes de retirarlo, el cuchillo debe salir limpio.
Lo podemos tomar caliente o frío, yo he optado por servirlo frío con la salsa para acompañar y un poco de ensalada.
Para la salsa
Solo hay que mezclar bien los ingredientes, y servirla.
MODUS OPERANDI: THERMOMIX
En el vaso de la Thermomix, ponemos los tomates enteros o cortados en cuartos si son muy grandes, y los trituramos. Reservamos y enjuagamos el vaso. Podemos usar tomate triturado de lata directamente, y ahorrarnos este paso.
Con el vaso enjuagado y seco, ponemos a calentar el aceite 5 minutos, Varoma, vel 1.
Añadimos la cebolla y el apio, y los troceamos ligeramente a velocidad 5 unos segundos. Añadimos el puré de tomate y salamos. Si los tomates eran muy carnosos, puede ser buena idea añadir medio cubilete de agua.
Colocamos el cestillo en el vaso, y ponemos ahí la merluza previamente salpimentada. Cerramos, y programamos 20 minutos, Varoma, velocidad 3.
Una vez pasado este tiempo, la salsa de tomate estará hecha y la merluza cocinada. Dejamos que se temple un poco, y desmenuzamos bien la merluza con las manos quitando pieles y espinas, si las tuviera.
Retiramos el cestillo y metemos en el vaso junto al tomate, toda la merluza, los dos huevos y la nuez moscada. Lo trituramos hasta tener una pasta razonablemente fina [o gruesa, si nos gusta más].
Ponemos la pasta de merluza en un molde y lo llevamos al horno. Para un molde tipo cake tardará 40 minutos a 180º, pero si el molde es más bajo reduce el tiempo, y en todo caso pincha el pastel antes de retirarlo, el cuchillo debe salir limpio.
Lo podemos tomar caliente o frío, yo he optado por servirlo frío con la salsa para acompañar y un poco de ensalada.
Para la salsa
Solo hay que mezclar bien los ingredientes, y servirla.
Te ha quedado un pudding delicioso y la presentacion de lo mas atractiva, a ver quien se resiste a no probarlo ! bicos
Ana, aunque no te comente siempreme paso religiosamente a ver todos tus post aunque sólo sea para leer tus historias. Me encantan! Y la de hoy de tu abual me ha recordado totalmente a la mía, en su casa tampoco había problemas con la comida de ningún tipo, si en algo apreciabas tu integridad… :) Un besito, guapa!
Ademas de rico te quedo precioso.besinos
Genial tu puding, pero más genial aún tu historia, esa generación de abuelas y abuelos a la que nunca admiraremos lo que se merecen, ¿te imaginas lo que hubiera salido de sus cocinas si hubieran dispuesto de una Thermomix?
En mi casa la de la posguerra… mi madre. Yo como de todo, todo me gusta. Lo curioso es que ella ahora se anda con melindres. Que si la merluza no le va, que si las lentejas no le bajan (si les pusiese chorizo se me las comeria en un plis plas, pero tiene colesterol…o sea que…) Y si algo no esta perfecto a la vista ya lo rechaza, y no es un caso único,que va… Veo en la compra a mujeres de su edad que si ven un albaricoque un poquillo maduro ya le dicen al frutero que «vaya porqueria de fruta tienes hoy». Con lo riquísimos que estan los albaricoques muy muy maduros…:D Parece mentira lo rápido que aprendimos los hijos a comer de todo y lo rápido que aprendieron nuestras madres a comer tonterias, cuando se vieron con un poco de dinerillo, jajaja. Gracias por la receta, Ana. Este puding de merluza se lo pongo delante y se va a relamer de gusto. Eso sí, con salsa, no fuese que la merluza supiese a merluza. Que cosas tienen estas madres de la posguerra!!!
Es que los niños de hoy día están cargados de puñetas… y además de verdad!!! Además que hoy día hay tantos estudios psicológicos que dicen que no has de obligar comer, y menos si nos les gusta y bla bla bla… esos psicólogos no han pasado hambre, sino no escribirían según qué sandeces.
Enc uanto a tu pudding e merluza, yo a mi hija no tengo que esconderle el pescado porque le encanta, pero mira, para variar tendría que probarlo.
besos guapa!
Mis padres también eran de esos, de te comes las lentejas por narices, aunque luego te pases 1 semana con diarrea, hasta que ya te llevan al médico y les dicen que no te den lentejas que no las digieres y te vas a deshidratar viva. En fin, otros tiempos, otras circunstancias, otras formas de entender el mundo.
El pudding tiene pintaza, pero es que cualquier cosa que lleve merluza como ingredientes base, me encanta.
Un besito!