CAL 474,5 · HC 45,1 · PE 29,5 · GR 20,7 [POR RACIÓN]
Mauro y Eva decidieron, hace años, adoptar un niño, Nico, que tiene ahora 5 años.
Hace dos semanas, cuando Mauro recogía a Nico del colegio, se encontró al niño pensativo, cabizbajo y mirando fijamente a sus compañeros de clase mientras iban saliendo del colegio. Incluso se quedó el último para ver salir a los demás.
Cuando Nico subió al coche, con cara de frustración, le preguntó:
¿Qué te pasa Nico? ¿Estás preocupado por algo?
Si, papá. Mucho.
Entonces, Nico le contó la cosa más inquietante que había oído en su [corta] vida.
Papá, hoy me han dicho que en mi clase hay un niño negro. Y yo no lo sabía.
¿Un niño negro, cariño?
Sí, negro. Pero no es verdad.
¿Por qué dices que no es verdad, cielo?
Si hay un niño negro en mi clase, lo sabría porque lo habría visto.
No puede haber un niño negro y que no lo veas. Tu coche es negro y sí lo veo. Así que es mentira.
Mi vida, ¿cuál es el problema de que haya un niño negro?
Papá, qué pesado, ¡que lo habría visto!
[Silencio incómodo mientras Mauro piensa como va a explicar esto…]
Papá… ¿Los niños negros existen?
Mauro con cara compungida, desconcertado, le explica:
Cariño, claro que existen.
Verás, yo creo que el niño negro de tu clase en realidad… eres tú.
¿Yo?
Si, cielo, tú
Papá, yo no soy
[…] ¡! […]
¿Por qué crees eso, Nico?
Papá, pues porque yo soy marrón.
Cuando llegaron a casa, durante la merienda Mauro le explicó a Nico por qué él es negro a pesar de que es marrón. Pero Nico no quedó del todo convencido con las explicaciones.
Esa misma noche, Nico se acercó a su madre después de cenar, la abordó muy serio mientras buscaba un pijama en el armario, y le preguntó:
Mamá… quiero preguntarte una cosa… ¿Tú crees que yo era negro y he desteñido?
El ataque de ternura [y de risa] que le dio a Eva ese día, hizo que tuviera que correr al baño para que su hijo de cinco años, que se quedó plantado con cara de total desconcierto en la habitación, no la viera reírse a carcajadas.
Nico ya sabe qué es un niño negro, y por qué en realidad los niños negros son marrones y no negros como el coche de su padre, y también sabe [lo sabía, pero no lo entendía] que él en realidad nació en un sitio muy lejos de aquí y se tuvo que venir hasta Madrid para buscar a sus padres.
Os invito a que os dé un ataque de ternura como el que le dio a Eva. ¿No es para comérselo?
Y con toda la ternura de Nico, os traigo una receta que he asaltado vilmente a Anaïs de Mi madre no cocina, y que llega del país que vio nacer a este enano tan simpático y tan rico.
MODUS OPERANDI
Cortamos el pollo en tiras, y las salchichas en trocitos. Preparamos las verduras: Cebolla en juliana, pimientos y apio en dados. Rallamos el tomate. Y comenzamos.
En una sartén donde después irá todo el guiso [calcula para que entre también el arroz y el caldo], ponemos a calentar el aceite y salteamos a fuego vivo el pollo ligeramente salado y las salchichas. Una vez dorado todo, lo retiramos y reservamos.
En la misma sartén, pochamos con una pizca de sal la cebolla, el pimiento y el apio hasta que estén blanditos y hechos. Añadimos entonces la carne reservada, y el tomate rallado, e incorporamos las especias, un par de cucharaditas. Lo dejamos cocinarse junto unos 5 o 10 minutos.
En la misma sartén, sobre el resto de ingredientes, incorporamos el arroz y el caldo [3 veces cantidad de caldo que de arroz, quedará jugoso, no seco] y dejamos que se cocine. El arroz basmati tardará entre 12 y 15 minutos, no lo dejes.
Cuando hayan pasado los 10 primeros minutos, incorporamos las gambas para que se cocinen, no necesitarán más de un par de minutos para estar listas.
Dejamos reposar 5 minutos y servimos.
Tengo que confesar que es mi receta favorita… mi amor por Nueva Orleans es conocido en el mundo entero!
Muchas gracias por tu asalto y encantada de conocerte, espero que se repita pronto!
Anais
morí de amor absoluto! gracias, Ana!
Qué preciosa historia Ana!!!!!
Todo ternura :)
Y riquísima receta!!!
Besitos y feliz domingo!!!
Jajajaja que fácil sería todo si viéramos con los ojos (y el corazón) de los niños. Me ha encantado la histooooooai, y el plato, por supuesto (eso sí, sin gambas jeje por mi alergia). Besos grandes!!
Precioso, tierno, y además sabroso. Poco se puede decir. Yo tb soy una enamorada de la cocina norteamericana, de la cajún y de la toda esa fantástica zona del sureste. Gracias.
Aaaains qué historia tan bonita, jo :). Qué dulzura de niño, y que maravillosa esa esa inocencia infantil. Además me he acordado de uno de mis primos lejanos, que de pequeñito también me preguntó a mí por qué se llamaba negros a los negros, si ninguno era negro de verdad.
El jambalaya me chifla!
Un abrazo
Muy buena intro para hablar de un plato de Nueva Orleans, te ha faltado un vídeo de Dr. John.
Yo con esta cocina tengo un problema, su santísima trinidad y es que lo del apio es superior a mí, no se trata de que me guste o no, es que creo que estoy sensibilizado a consecuencia de la sobredosis de apio que la cocina de mi madre me generó a lo largo de mi infancia y es que no lo soporto, así o no lo pongo o lo sustituyo, por ejemplo por hinojo. Sí, no es lo mismo, pero el hinojo me gusta.
Eso sí, el rollo cocina criolla, me vuelve loco. Quiero ir a Nueva Orleans, comer jhambalaya, Gumbo, beber cerveza y escuchar a Dr. John en un infame garito de Bourbon Street.
PD: ¿conoces Gumbo?, a mi no me vuelve loco, pero hay un buen ambiente y precios asequibles en la calle Pez.
Pues sí, es para comérselo a besos. Lo que me encanta de las adopciones de hoy en día, al menos en mi entorno, es que son transparentes y claras. A los niños no se les ocultan las cosas como antiguamente. La mejor amíguita de mi hija mayor nació en El Salvador, y la adoptó una mujer soltera. Y te partes de risa cuando hace alguna travesura y su madre le dice «mecagüentupadre» y ella le responde riéndose que se chinche porque como no tiene padre. Luego le cuenta en secreto a mi hija que en realidad sí tiene padre, allá en el Salvador, y que tenía otra madre pero que su madre de verdad es Eva, la de aquí. Es de lo más tierno.
Pegaba mucho hoy además con tu texto esta receta que has elegido. Es una gozada de sabor y de evocación a otros mundos y otras culturas. y súper apetitosa!
MUA
Beatriz
Si es que son para comerselos, que cosas tienen los niños, ellos no ven las diferenciad de color, las vemos los adultos porque hemos perdido la inocencia.
Ohhh!! gracias por tanta ternura compartida, me encantó!! besotes.
Que niño más tierno jeje. El arroz te ha quedado estupendo!! un saludo
Anda no sé como se me ha pasado esa receta!!!! Tiene una pinta estupenda!!!
Un besito,
Sandra von Cake
Qué lástima que con el paso del tiempo las personas perdamos esa naturalidad, nosotros también tenemos en casa a un peque del color del chocolate , chocolate 70% :)) y es emocionante la relación que tiene con sus iguales, no hay diferencias, es estupendo, en su clase hay una niña rusa, un rumano, algunos hablan gallego, otros castellano… pero todos se quieren a rabiar, esa es la lección que nos dan a los adultos cada día.
Estupenda receta ;)
Si me cuenta a mi eso NIco me lo comeria a besos con lo que me gustan a mi los niños pequeños por lo francos e inocentes que son , lo importante no es el color ni la raza de la persona si no como es la persona y seguro que Nico sera un gran hombre el dia de mañana.
El arroz me encantaaaaaaaaaaaaa y no pienso tardar nada en poner tu receta en practica a ver si encuentro las salchichas de pollo y lo hago ,te ha quedado de relujoooooooo y seguro esta de rexupete.
Bicos mil y feliz domingo wapa.
Me ha encantado la historia, muy tierna y bonita.
La receta muy buena, el arroz queda bien con todo, la receta se ve estupenda.
Besos
Ana qué historia tan bonita, me ha encantado. La ternura e inocencia de los niños, para comérselo!
La receta muy rica, tenía ganas de probar recetas de Nueva Orleans, así que me viene de perlas!
Muchos besos
Ana como siempre que te leo, tengo dibujada una sonrisa en mi cara, una historia que al menos a mi me plantea preguntas, seguramente incomodas para muchos.
Nueva Orleans es uno de mis viajes soñados en época de Mardi Grass y esta receta es impresionante, estuve a punto de robarla.
Que inocencia!!! Me encanta!!! Y el plato de lujo!!!
Qué historias nos traes siempre jajaja me ha encantado cuando el peque le pregunta con toda seriedad si se ha desteñido jajajaja la mente de los niños es alucinante. Y el plato, riquísimo, muy buena idea el cambio que has hecho del pimentón, me lo apunto a ver si la próxima vez no pica tanto jajaja.
Besos
Una preciosidad de historia llena de ternura, de amor, de inocencia. Espero que Nico sea feliz y que todos los colores de la vida le alegren los días a él y a sus padres.
El plato, tras leer esta bonita anécdota, se queda a un lado, pero como te lo has currado tan bien, me llevo todo, todo.
Yo tengo una nuera «marrón», aún no la conozco, pero si veo feliz a mi hijo. feliz estoy yo.
Besazos preciosa
Recuerdo que mi amigo Zulú, él es de piel negra y le gustaba mucho tomar el sol en verano, me decía: .- Chica, en invierno me vuelvo blanco!!, siempre me reía con él sobre esa frase, la cosa es que me lo decía muy enserio pues él se veía así y yo nunca le contradecía porqué me gustaba su punto de vista, como me gusta mucho tú historia y la receta, la ternura y sabor van muy unidos en esta entrada.
Qué encanto es Nico y como cada día sorprenden :) Y de tu receta como cada una un auténtico lujazo. Un beso
Preciosa historia y riquísima receta. Enhorabuena. Sí, yo también he tenido que correr a esconderme para reirme a gusto más de un vez. Esas caras inocentes que ven el mundo en formato ‘dibujos animados’ sí que alimentan la vida.
Tus escritos deberian publicarse, Ana. Menos historias inutiles y más cosas como las que cuentas tu. A veces rio, a veces me indigno, a veces me emociono. Gracias. Ah, y con cada historia una receta, por supuesto. Cuerpo y alma bien alimentados. Besos.
El pobrecito, que lastimita…. el arroz espectacular
Nico es sabio y llama las cosas por su nombre !! Entrañable historia llena de ternura e inocencia, lastima perder aquella inocencia a medida que crecemos.
Tu mar y montaña no tiene precio, se ve fantástico. Besos.
Me ha encantado la introducción a la receta y el arroz también. Enhorabuena!
Besos y abrazos.
Wow!! Vaya fotazas y recetaza!! Y tu introducción de la receta…Me ha encantado!! Buen asalto!!
Ana, al ver el título me ha sugerido un baile, luego ya sonrisas con lo de Nico y hambre con la receta. A pesar de que me suele costar la mezcla de carne y marisco, esta receta es una opción para cambiar de opinión.
Petonets!
Marisa
Que buena pinta tiene el asalto y que simpática la intro.
¡Besos guapa!
La receta me ha encantado, me parece súper rica y sabrosa (por eso yo no puedo comerla… jejejeje!) pero con la historia me has enamorado, necesito más historia… me ha sabido a poco… aisss que mono!!!
Encantada me hallo!!! ^_^
Besitos!
Los niños y el despertar a la realidad del mundo… no es siempre fácil. Lo que sí parece fácil es el Jambalaya! Pensaba que la combinación de especias era más díficil de encontrar, pero siendo así…La verdad es que ya va siendo hora de probar a hacer algún plato de cocina cajun….al final acabaré encargándole esa okra a anais..jejeje
Muy buen asalto! Este arroz tiene una pinta estupenda! Nos vemos en el próximo reto! Besos
Un arroz de lujo, sabroso y sano, ¿Que más se puede pedir?
Un beso,
http://elbauldelasdelicias.blogspot.com.es/
Me ha encantado la historia de Nico Ana. esta llena de ternura e inocencia. Y la receta también. Un beso
Husmeando que no puedo evitar, entre comentarios del asaltablogs que disfrute mucho contigo Ana, caigo de nuevo en la receta fuente y con he caído acá a este arroz delicioso y no puedo evitar salir de acá sin comentar la historia, que en un inicio no entendía por dónde iba la cosa, pero luego me quede fría, me puse en la piel del padre o madre con Nico para responder sus preguntas y reaccionar de la mejor manera, me parece un niño precioso que a estas fechas debe estar enorme. Y de la receta, pues claramente la guardo para mi carpeta de cocina cajún.
Besos Ana y un placer está siendo ver los asaltos