Odio Halloween.
Sin paños calientes.
Y por varias razones. La primera y fundamental: mi cuerpo carece de la enzima que digiere las calabazas. Esto, en la semana que precede a halloween, me genera un estrés que debería estar reconocido como enfermedad parcialmente incapacitante. Al menos, esta semana.
Como fuera de casa cada día, y tengo que preguntar a cada rato ¿La menestra lleva calabaza? ¿Las verduras de guarnición llevan calabaza? ¿La salsa de la carne lleva calabaza? para acabar teniendo accidentes del tipo Ah, que la morcilla era de calabaza! o del tipo ¿Dices que le has puesto calabaza a la salsa de tomate de los macarrones boloñesa? descubrimientos que por lo general… hago tarde.
Y no es que no me guste la fiesta de todos los santos, cuidado, lo que aborrezco es halloween.
Hemos importado una celebración que se basa en comer galletas de mantequilla con kilos de fondant de colores por encima, en lugar de nuestros amados buñuelos de viento, los huesos de santo y los panellets. Y de los cupcakes monstruosos mejor me reservo mi opinión. Deberían estar en la lista de la OMS de alimentos a exterminar del planeta junto con las miles de atrocidades que pretenden ser sombreros de bruja o huesos y se quedan en pegotes informes de masa de azúcar que uno no sabe si son sombreros, o elefantes devorados por una boa.
[Salvo de la quema las galletas cuquis con glasa, los cupcakes moninos que no van coronados por sacos de gominolas, y los sombreros de bruja que sí lo parecen]
Una celebración que ha puesto de moda los disfraces. Y qué disfraces. Con lo felices que éramos cuando nos podíamos disfrazar con cuatro trapos y convertirnos en butaneros, frailes o patatas echándonos la manta marrón del sofá por encima y haciendo unos ojos de cartulina.
Ahora los disfraces creativos no se llevan, y es obligado ir al supermercado a comprarte uno. Y tienes para elegir: Pirata del Caribe, o porno-mesonera; médico o porno-enfermera; Mickey Mouse o porno-Minnie; superman o porno-superwoman; lobo feroz o porno-caperucita.
Y odio con especial inquina a todos los niños salvajes de mis vecinos, que tienen la caradura de venir a pedir pasta. Los que tienen la obligación de mantenerles, son sus padres. No yo.
Y lo de colgar calabazas por todas partes. Eso sí que lo odio… porque luego los rellenos de esas calabazas pueden acabar en cualquier sitio y eso incluye en mi plato.
Y lo que menos me explico es por qué la hemos importado. Quiero decir, entiendo el cómo [desde nuestras pantallas] pero… ¿Por qué?
Si nosotros llevamos toda la vida celebrando todos los santos. Mis recuerdos más tétricos de infancia incluyen ouijas hechas con rotulador en el reverso de una caja de galletas sobre la que se deslizaba una arandela de lata de refresco, la noche de todos los santos, para invocar a supuestas niñas que habían muerto en el colegio o cosas de ese estilo. Mucho más apetecible para un niño de 8 años que vestirse de calavera y salir a por caramelos. Donde va a parar. Si a mí me daban a elegir entre pasar la tarde en el cementerio o en el centro comercial, vamos, lo tenía clarísimo.
Qué tierno.
Luego, ya que estabas en todos los santos y habías ido al cementerio, invocabas a tu abuelo, que hacía tiempo que no hablabas con él, y le contabas que habías aprobado mates.
Yo voy a revindicar la vuelta a las tradiciones, pero las de aquí. Las celtas, como el sahmain. Todavía pervive en muchos pueblos gallegos y leoneses como samain, y en esta celebración también se tallan calabazas [no iba a ser perfecta].
Una cosa mucho más auténtica, con desfiles de ánimas, merendolas y calabazas con velas dentro escondidas por los caminos.
O la celebración gaditana de tosantos con los animales disfrazados [cerdos, gallinas o burros, da igual] y los muñecos que se hacen tallando vegetales. Eso sí que mola. Cogen un pepino y te tallan un político malversando fondos o un ex político llevando sacos de billetes a Suiza.
O las miles de celebraciones que consisten en echarse al monte con el mantel de cuadros, las tortillas y varias botellazas de refuerzo, por si el frío aprieta.
Pero halloween… venga ya!
MODUS OPERANDI
El arroz
Antes de comenzar, lavamos el arroz en un colador con abundante agua para quitar el almidón que tiene. Se puede dejar a remojo un par de minutos, no más.
Vamos a por el cardamomo. Aplastamos ligeramente las vainas para que se abran, y las tostamos en una sartén sin aceite unos dos minutos. Así sueltan el aroma.
Esta sartén la podemos dejar sin limpiar y usarla para el pollo, le dará un punto super bueno.
En una olla, ponemos a cocer el arroz con el cardamomo y una pizca de sal a fuego suave, partiendo de agua fría. El agua debe cubrir el arroz solamente, no aplica la medida de dos tazas de agua por una de arroz: esto es basmati. Tardará unos 15 minutos en cocerse.
El pollo
Cortamos la pechuga de pollo en tiras, y las salpimentamos con moderación.
En una sartén [recuerda usar esa sartén con aroma a cardamomo que tienes reservada], ponemos a calentar una cucharada de aceite, y cuando esté listo salteamos el pollo hasta que quede bien dorado. Reservamos tapado.
La salsa
Sin cambiar de sartén, en la misma donde hemos tostado el cardamomo y salteado el pollo, ponemos otra cucharada de aceite y pochamos a fuego bajito la cebolla cortada muy muy menuda con una pizca de sal. La cortamos muy pequeña para que no nos encontremos tropezones molestos en la salsa. Conviene ser paciente y picar bien. Y la sal, sin pasarnos, que el gorgonzola ya tiene bastante.
Cuando la cebolla esté blandita, le añadimos la nata y la dejamos reducir ligeramente, un par de minutos. Incorporamos el queso, dejamos fundir y ligamos la salsa, y por último le añadiremos unas vueltas de pimienta negra recién molida. Probamos el punto de sal y rectificamos.
Como hemos cortado muy menuda la cebolla, no es necesario triturar esta salsa.
El acabado
Servimos el arroz basmati con el pollo encima, y salseamos.
Si el pollo se ha enfriado mientras hacemos la salsa, no es mala idea darle una vuelta en la sartén junto con la salsa de queso. También se puede dejar el pollo para el final, pero entonces la salsa perderá todos los jugos de la sartén que ha soltado el pollo al cocinarse… cuestión de organización!
Menos mal que salvas mis galletas de la quema, jajajaja.
Ya te lo comenté en mi blog pobre! Es que si la calabaza te sienta mal, tienes que estar hasta las narices en esta época, y con motivo. Yo ya sabes que soy casi adicta a ella, me chifla en dulce y en salado (y al tener un amigo en Murcia que las cultiva, vengo siempre a Madrid a finales de verano con un cargamento para todo el año). Tengo una sugerencia humilde: imagina todas las recetas que veas sustituyendo la calabaza por boniato, también muy de esta época :). Los cupcales que voy a publicar ahora en cuanto termine de comentarte justamente los preparé cambiando la calabaza por el tubérculo, y tranquila que no son monstruosos :P.
Aunque Halloween en realidad se origino en Europa, no se puede negar que es una americanada. A mí me hace gracia, aunque la forma en la que la hemos traído y convertido en una moda no me gusta tanto, porque se ha hecho de forma forzada y cutre. Lo de los disfraces infames es cierto, qué horror. Además, en EEUU no tienen por qué disfrazarse de cosas de miedo, son disfraces de lo que sea! Como si fuera nuestro carnaval, vamos.
En mi casa nunca hemos celebrado el día de todos los santos porque mi madre odia ir al cementerio y nunca hemos sido muy aficionados a los huesos de santo o a los panellets, pero sí que pasábamos el día en el campo en familia comiendo arrope y calabazate, una tradición murciana :).
Un abrazo!
PD. Ay, el queso gorgonzola, cómo lo echo de menos!
Uy, pues a mi todo lo que son fiestas me gusta. Y el toque festivo de Halloween no lo tiene el día de Todos los Santos :) El pollo fantástico, eh? ;)
Hoola!
El pollo salseado con gorgonzola mola. No sé que efecto tendrá la salsa en el arroz, pero pinta que bueno! Suena a italiano y eso me encanta… bueno el basmati como que muy italiano no, pero en plan fusión pues sí.
Comparto tu aversión al Halloween, especialmente la parte en que los niños con sus disfraces de monstruos, acompañados por sus padres en un discreto segundo plano, vienen a dar la brasa con el truco o trato que me pone de un humor super hostil y ya no te digo los pre-adolescentes que vienen con el mismo cántico, ya sin sus padres, y son de un borde que me deja más hostil si cabe.
Y luego están las aberraciones culinarias que hay que ver durante unos días… es para no tocar el ordenador hasta que se pase el sarampión, quitan el hambre!
Petonets
Ay Ana. Menos mal que no soy la única que odia Halogüiiiin. No hace tanto que este horror sólo lo celebrábamos las maestras de inglés en la clase y con una canción y cuatro chorradas, listo.
Ahora nos ha invadido de tal forma, que da asquito. Te juro que por muy amiga que sea una bloguera, cuando veo una receta, lo siento, pero no puedo comentar diciendo que me gusta, porque sería mentir.
Me quedo con tu polo porque me encanta el gorgonzola y el arroz basmati más.
Besazos y cuidado con la calabazaaaa. A ver si te traumatizó Ruperta del 1,2,3. Igual no, sería muy pequeña.
Pues a mi me mola la temática halloween, y la prefiero a otras celebraciones también importadas, como poner un árbol de navidad (que también deriva de una tradición pagana Celta), regalos de papa noel, o similares.
La celebración de All Hallows’ Eve «manque» les pese a los yankies, nace de tradiciones Celtas de Gran Bretaña e Irlanda en las que las tribus encendían hogueras el 31 de Octubre para espantar a los malos espíritus pues en esa noche los espíritus de los muertos volvían a caminar por la tierra. A España llegaron un poquito después. Lo que tardaron en cruzar el mar.
Otra cosa es el querer empaquetarlo todo, ponerle un lazo y prepararlo para que miles de consumidores zombies se lancen a los grandes almacenes a comprar decoraciones, disfraces, y accesorios, año tras año, para «celebrar» una tradición de hecho europea, que no saben ni de donde les viene.
Pero vamos, que celebrar, no celebro ni lo uno ni lo otro. ¡Soy una soseras! Pero una soseras feliz, jejjee.
Y ahora vayamos con la receta:
– Me FLIPA la combinación pollo con gorgonzola.
– Me gusta mucho hacer arroz aromatizado, pero nunca lo he hecho con cardamomo. Me lo apunto.
-¿Esa salsaaaa? Probablemente para peder la cabeza.
Pues tengo medio paquete de gorgonzola en la nevera…jejjeje…
:D
Vaya comida o cena mas estupenda, me encanta el arroz y este pollo con gorgonzola, creo que es una combinacion de sabores muy acertada, y muy nutritivo!
A mí la calabaza me encanta, pero por lo demás estoy totalmente de acuerdo contigo. Y como tú, no entiendo por qué hemos tenido que importar el dichoso halloween. A mí que me lo expliquen!!!
En cuanto al plato de pollo… delicioso!!!
besos guapa
Hola!! Jajaja, pues aquí no te hubieses escapado de celebrar. A los que no lo hacen les miran raro y eso aquí es peligroso. Pero a mí me gusta. No porque me guste per se, sino porque no veo nada de malo en un pretexto más para qe los niños se diviertan. Porque tú lo has pintado muy bonito lo de todos los santos en tu infancia y te la envidio un montón pero yo en mi vida hice nada divertido ni molón por la fiesta de todos los santos. Cero. De todas formas yo creo que no es incompatible. La noche del 31 se disfrazan los niños (y los grandes) y hacen un poco el moñas y al día siguiente se hace la fiesta de los santos. No hay por qué ser excluyente.
En lo que te tengo la peor noticia si alguna vez decidieras venirte a EEUU a pasar una temporada es en el hecho de que aquí la calabaza no se considera un producto de Halloween… No hija, la calabaza es un símbolo del otoño. De todo el otoño entero, que aquí empieza en cuanto se acaba la comercialización de la temática de turno anterior que es la del 4 de julio. O sea, que desde julio el país está INVADIDO de calabazas por todas partes y va a seguir así la cosa hasta Navidad. Sí amiga. Aquí si no te gusta la calabaza o si te hace daño tienes que emigrar. Así que lo que te decía, si alguna vez te planteas venir, tienes para elegir otras tres estaciones, pero en otoño (otoño extendido desde julio a diciembre ambos inclusive) ni se te ocurra.
Ahora al pollo con gorgonzola. Qué tremenda combinación!!! No me puede gustar más! Con la salsita pringando el arroz. Muy grande receta.
Beso!
Estoy de acuerdo también contigo, soy de tradiciones nuestras y esta fiesta del Halloween no me dice nada ni me gusta.Lo que si me gusta es la calabaza de cualquier manera.Siento que no puedas tomarla ya que ademas de ser muy versátil es muy sana, pero bueno esta combinación que nos traes también esta muy apetecible y gusta a todos.
Feliz semana
Bss
En este blog siempre hay ricos platos. Abre el apetito.
Bueno yo opino como tu aunque con mi sobrina e hijo me he tenido que subri a este tren de preparar fiesta ropa y cosas para cuando te vienen a timbrar a casa ,este año como he estado pachucha no les he echo nada mas que una tableta de chocolate con trangalladas que hice en un pis pas y fue un exito jajaja.
Eso si la calabaza me encantaaaaa si me pasara como a ti que no la tolerase no se como lo llevaria por que la como todo el año y me parece fatal que no digan los ingrendientes pues hay muchas intolerancias y pueden hacer mucho daño a la gente .
El pollo se ve divnisimo y no dudo lo mas minimo este de rexupete relameindome estoy que lo sepas que pena no poder dar cuenta de ese plato uummmmmmmmm.
Bicosmil wapa.
Jasjajajaaaaaaaa…buenooooooooooooo, vamos por partes.
A mi Halloween me la refanfinfla, pero he de confesar que estoy llegando a acostumbrarme y ya no me molesta como hace unos años..eso mientras siga viendo que queda algo de lo nuestro…aunque confesemos que tiene todo para gustar a los chavales..desde luego más que ir a rezar al cementerio ;)
En cuanto a los disfraces..eso si que me mola!!! puedo poner en practica todos mis años de siniestra y disfruto muchísimo disfrazando a mis hijas y a mi misma..con cosas que tengo, en esta casa no se compran trajes de esos horripilantes ..en fin, que será que con la vejez me estoy volviendo más tolerante o más simplona, pero no me molesta que se celebre halloween y lo que se tenga que celebrar..mientras no olvidemos nuestros huesos de santo :)
Bueno cielo, este pollo con gorgonzola me pare una delicia, te ha quedado espectacular…
Besos cielo!!!
Ay Ana, como siempre, estoy de acuerdo con tus reflexiones. Creo que se nos está yendo un poco la pinza en importar tanta tradición de afuera y olvidarnos de la nuestra. No estoy nada de acuerdo con Halloween, debemos quedarnos con lo de toda la vida, la Noche de los finaos, por ejemplo, que se celebra en cada pueblo de Gran Canaria. En ella, se asan castañas y se acompaña con un poco de ron. Menos mal que se siguen celebrando.
En cuanto a la receta, de las 4 que me había perdido en estos días ha sido la que más me ha llamado la atención (aunque la del pan también me llama mucho, ahora voy a verlo jeje). Seguro que es porque soy un poco ratoncilla jejeje. Un besote!