BROCHETA DE ALBARICOQUES, MOZZARELLA Y JAMÓN [Contrastes]

CAL 44,2 · HC 1,1 · PR 3,6 · GR 2,8 [POR BROCHETA]

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Esto del agridulce es una de las cosas más difíciles de vender.

Tienes una cena con invitados, esos invitados rancietes medio-casposillos a los que sacas del cóctel molotov de gambas y los espárragos rellenos y ya se tambalean en sus creencias, esos típicos que viajan a Djibouti y lo primero que buscan es un lugar con comida normal [véase macarrones con tomate o paellas de sobre].

Esos invitados entran en el salón de tu casa, y tras localizar la cerveza y adherirse a ella cual lapas, y meter las manos en ese bol de patatas fritas que tú siempre pones para los niños… pasan a escanear con la mirada esa cena tan monina y delicatesen que tú te has currado durante dos días y medio, y en medio minuto pillan que ahí les faltan el asado de cordero rebosante de grasa, las patatas panadera y el arroz con leche, y les sobran el milhojas de verduritas y manzana, la terrina de pato con mousse de cerezas y eso de ahí que va a ser el postre… 

Y es que tenemos muchos prejuicios. Que aún recuerdo yo aquella nochebuena, con quince invitados en mi casa que milagrosamente [bueno, o con ayuda de algún Prozac que otro] no salieron por la ventana, en la que pasé HORAS pelando pistachos hasta sangrar las uñas para rebozar un rollito de cerdo a la canela, y sacando pacientemente bolitas de mango que después mariné para armar 60 brochetitas de bocado envueltas en jamón de pato, y tras ello me comí el rollito, y las brochetas [en cómodos plazos] porque… esas cosas raras, no gustan aquí.

Con lo fácil que es encender el horno y meter medio cordero. Ains.

Y es que los experimentos, con gaseosa, como dicen algunos. A los tradicionales no les gusta mezclar cosas raras, y mucho menos cuando las combinaciones incluyen dulce y salado, que eso es una guarrindongada.

Olvida el rollito de pollo relleno de ciruelas, el pato con cerezas y por supuesto, estas brochetas de albaricoques asados, con los azúcares bien arrebataos, dulcecitos y melosones, con un trozo de jamón del de aquí y una bolita de mozzarella.

Porque ellos no comen dulce con salado, donde se ha visto eso.

Ah si… espera… en el melón con jamón, que es más typicalspanish que las castañuelas. Y en las migas con uvas. O las migas [con tocino, panceta y chorizo] con chocolate.

En la morcilla, que no en vano lleva canela a cascoporro y piñones. En las cocas de chicharrones y en las tortas de txantxigorri, en las tortitas de aceite que rebozamos en azúcar. En el café con leche acompañado de pinchotortilla y que debería ser declarado patrimonio de la humanidad.

En las medias lunas con jamón y el croissant plancha relleno de ensaladilla.

Y por supuesto, en la lombarda con manzana y pasas que es más de Madrid que el chotis. Y en el remojón granaíno.

Pero vamos, que si tus invitados no son de cosas raras y de mezclar dulce con salado, pues nada, nada… que se mantengan en sus creencias.

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Entrada para #cookingthechef, receta adaptada de Roast peach & parma  ham salad de Jamie Oliver

INGREDIENTES
20 MINI BROCHETAS
 
Albaricoques, 10 ud [es mejor usar 2 más de reserva]
Mozzarella fresca en bolitas, 20 bolas [150 g aprox]
Jamón, 7 lonchas [unos 120-130 g]
Rúcula, una bolsita de 50 g
Aceite, 2 cucharadas [30 ml]
Limón, medio
Sal, pimienta, menta
 

MODUS OPERANDI

Lo primero de todo, es asar los albaricoques. Aunque parece sencillo, hay que tener en cuenta un par de cositas, porque el pifostio que se organiza en el horno en un momento no es poca cosa.

Precalentamos el horno a 250º. Dejamos dentro a altura media la bandeja normal de horno, cubierta de papel horno o papel aluminio, y un nivel más arriba la rejilla.

Partimos los albaricoques a la mitad, y sacamos el hueso. Los podemos pintar con un poco de aceite, esto es opcional. Quedan más doraditos, pero también menos ligeros.

Cuando el horno esté listo, los colocamos boca abajo sobre la rejilla. La bandeja que hemos colocado debajo recogerá los jugos que caigan, y como hemos puesto un papel encima, el proceso será limpio e indoloro.

Bajamos la temperatura a 200º y los asamos durante 10-12 minutos. No es necesario dar la vuelta, son tan pequeños que se cocerán sin problemas en este rato, y así se deforman menos.

Los dejamos templar o enfriar del todo.

Cortamos cada loncha de jamón en tres trozos iguales. Salen 21, así que puedes comerte el que sobra. Reservamos.

Escurrimos las bolas de mozzarella del líquido que traen. Reservamos.

Y montamos. En cada brocheta: un poco de rúcula, una mitad de albaricoque asado, una bola de mozzarella, un trocito de jamón enrollado y terminamos con otro poco de rúcula.

Para el aliño, batimos bien todos los ingredientes, y justo antes de servir pintamos las brochetas.

Podemos optar por el modo ensalada, en este caso no hay mucho que explicar, cortamos el jamón en trocitos, lo demás lo mantenemos igual, y lo ponemos en un cuenco.

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34 comentarios en «BROCHETA DE ALBARICOQUES, MOZZARELLA Y JAMÓN [Contrastes]»

  1. Me parto Ana. Todavía recuerdo en mi primer año de casada (de esto hace mil) en una cena de amigos preparé unos aguacates rellenos (me costó Dios y ayuda encontrarlos porque entonces no se conocían) El relleno no me acuerdo de que era, pero toque dulce-salado era. Las caras al llevarse el primer bocado a la boca eran un poema. A todos los que lo probaron les gustó, pero una persona se negó en redondo a probar «eso».

    Las brochetas me las apunto para la próxima fiesta familiar que será en agosto (mi cumple)

    Bss

    Elena

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  2. jajaajajaja… Ana… pero tú qué clase de invitados tienes??? Yo soy tú y les hago comer el lomo de cerdo rebozado en pistachos aunque tenga que atarlos a la mesa… jaajajajajaja
    Es verdad, a veces la gente arruga la nariz ante según qué platos pero sólo por prejuicios, no porque los hayan probado… Y desde luego se mantienen en sus trece de no probarlos, no sea que les guste y tengan que darte la razón ;)
    Que sepas que yo no le hago ascos a nada (bueno, a casi nada), o sea que me puedes invitar cuando quieras.
    besos

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  3. loladealmeria

    jaaaaaa, como te entiendo, esos invitados que llegan y preguntan ¿ no hay ajoblanco?? pues no se llama tu blog así?? no lo preparas, pues no, hoy he hecho algo diferente a lo habitual y se les ve el ceño rarito, jaaaaaaa, llevas mucha razón, lo agridulce es difícil meterlo en la comidas de gente «normal ….???? Estas brochetas seguro que están de escándalo. las fotos lo dicen todo.A mi me puedes invitar a comer, no tengo problem con nada y soy de gustos abiertos. Sencillamente me parecen estupendas.
    bsss desde Almeria

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  4. Jajaja Ana, cómo te entiendo. Sé que sensación se te pone cuando ves que tus invitados «menosprecian» eso que tanto te ha costado, por eso a veces recurro a lo de toda la vida y ya innovo con los míos, que son lo que toleran más lo nuevo jejeje. A mí lo dulce con lo salado me gusta, creo que lo salado resalta el sabor dulce o viceversa ¿Sabes lo que no me gusta nada? El chocolate ese que es con kikos o con sal jejejeje. Rarita que soy. Un besote!

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  5. Jajaja, cuánta razón tienes! aquí lo típico es el arroz brut y el cochinillo, en las celebraciones sobre todo, y si no está en el menú aaayyyyy! pá correr, jajaja…cambiaremos, algún día será, y seguramente nos encantará que sea esta delicia de brocheta la que abra el menú y que valoremos el tiempo y el esfuerzo con el que preparamos las delicatessen, seguro que un día llega, crucemos los dedos ;)

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  6. Ana, como siempre, me has hecho reír con ganas. No es fácil «imponer» lo distinto sin morir (o, al menos, transpirar la gota gorda) en el intento. Pasa con el agridulce, pasa con el mijo («Ah… Comida para pájaros»), pasa con las algas (que las miran con mala cara como si hubiera que, solamente, ser Nemo para comerlas. Eso sí, en el sushi es distinto porque tiene su galmour que le dicen) y la lista continúa… Además, es duro porque ponemos nuestra creatividad y horas-días de trabajo para recibir con cariño y platos interesantes a nuestros invitados; y todo para ná.
    En fin, creo que los contrapuntos de tu propuesta deben ser de lo más interesantes entre ese dulzor acentuado de los albaricoques (aquí, damascos) y el salado marcado del jamón, acompañados por la neutralidad (casi suiza) de la mozzarella. Cuanto menos, tiene que resultar interesante al paladar.
    Aprovecho para despedirme hasta el próximo mes, ya que me tomo unas pequeñas vacaciones, y desearte que disfrutes de esta época del año que tanto-tanto te gusta ;)
    ¡Hasta la vuelta! Un beso.

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  7. Cuanto daño ha hecho el melón con jamón jajaja, en mi caso mis amigos esperan mucho más de lo que les pongo en la mesa, se piensan que por tener un blog de cocina ya esferifico mejor que Adriá, jajaja, tu propuesta es genial, tomo nota para sorprender a mis amigos.
    Abrazos y feliz verano.

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  8. A mí los contrastes y el probar platos diferentes es algo que me encanta. ¡Descubres tantas cosas en la cocina y en la gastronomía propia y ajena!. Es una pasada.
    Las brochetas tienen que estar deliciosas, ¡quiero una!.
    Besos.

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  9. Jajajaja, yo soy de esas que huyo de las mezclas, pero más que por los sabores es por las texturas. No me gusta nada lo de mezclar la fruta con la comida, ¡se muerden diferente! Sólo hago la excepción con el plátano con pan, pero de pensar en el juguillo de la fruta en medio de una comida…no puedo!

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  10. Jajajaja pero qué razón tienes, chica!! Melón con jamón, melón con jamón, con acento en la N!! Eso sí que es exótico y original!! En fin. Yo lo tengo claro y depende de quien venga a mi casa, cocino como Madame Pépinière o no. Eso sí, sin melón con jamón, nunca! Me encanta tu propuesta. Es una combinación muy rica y además con el toque parrilla. Genial!! Y encantada de pasarme por aquí!! :-))
    Un beso

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  11. A veces somos taaaan simples para esto de las comidas…
    Yo en el restaurante donde trabajo ahora, servimos un cordero asado a la miel, que te mueres de bueno, o unas milhojas de solomillo con manzana caramelizada que también son una pasada. Hay que arriesgarse y probar cosas nuevas! Es lo bueno que tiene este mundo, que cuando menos te lo esperas, te sorprende y algo que no conciliabas mezclado con alguna otra cosa, se combierte en imprescindible.
    Me han encantado tus brochetas… Y el toque de los albaricoques al horno, tiene que ser tremendo.
    Besos

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  12. Pues yo si que soy de dulce-salado, blanco y tinto, me da igual!!! me encanta cualquier tipo de combinación en la cocina y esta me va a encantar…además creo que es una forma de potenciar el sabor de los albaricoques que a veces vienen de un insipido subido (tal que algunos comensales) y con el calor ganan un montón en sabor…Me ha encantado la receta y creo que va bien con jamón, cecina, jamón de pato…uauuu cuántas combinaciones!!!! Un abrazo enorme y gracias por este peazo regalo contrastado.

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  13. Desde luego invitados así «haberlos los hay» Por suerte en mi entorno no son de estos y les encanta probar propuestas y gustos diferentes. A mi también me puedes invitar a comer, que no tengo problema con nada y soy de gustos abierto a todo.Me parecen estupendas estas brochetas.
    Buen verano
    Bss

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  14. Que ricas estas brochetas… mmmm!!! Eso si, yo las haría con el albaricoque en crudo, sin asar (no me gusta la fruta asada) y lo mismo con melocotón… jejejeje!!! Por lo demás me parece fantástica y súper cuqui como entrante o cena «ligera».
    Bss!! ^_^

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  15. Como siempre un post sin desperdicio, de esos que gusta leer desde la primera letra a la última. Totalmente de acuerdo con ese tipo de invitados…o también están los que, sacas un carrot cake, y cuando saben que lleva zanahoria dicen que no, que no les apetece probarlos (eso me pasó en una merendola de despacho). Pero al margen del invitado «tocapelotas», y que yo, si no es que es el jefe de mi marido (y en ese caso las demás veces lo invito al restaurante) no los vuelvo a dejar entrar en el maravilloso templo de mi hogar…. me parecen encomiables tus esfuerzos de mejorar e paladar del español medio.
    Una receta de buena combinación, sencilla y deliciosa. Gracias por participar!

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