Vengo de pasar unos días en Londres.
Cómo me gusta hacer el guiri. Londres me ha encantado. He visto Buckingham y a los sufridos beefeters, mucho más elegantes y pintones que nuestra guardia real, con esos uniformes coloridos y los gorritos de pelo. Los nuestros son de un rancierío que no hay quien pueda. Así es normal que no vengan a vernos por nuestras instituciones, sino por nuestra paella y las sevillanas.
He estado en Picadilly Circus. Como en casa. Me di cuenta de que no era Callao porque la gente habla raro. Había lo mismo: las mismas tiendas, la misma ropa, los mismos turistas solo que incluyendome a mí, y eso sí, fish&chips en lugar de bocata de calamares. En los parques en lugar de gatos hay simpáticas ardillas que se acercan a los turistas y en vez de palomas aquí tienen cuervos. Las ardillas son absolutamente adorables pero los cuervos tienen una mala hostia que no veas.
Fui a ver la torre de Londres. Y el castillo. Qué bonito tener un castillo. Del castillo quedan las cuatro paredes, todo lo de dentro está recreado. Original no hay nada, pero la visita está ambientada con sonidos de hoscos guerreros derribando la puerta del castillo y ruidos de cadenas, muy inmersivo todo. Que te sientes en el medievo, al menos hasta que levantas la vista y ves un adolescente con gorra bebiendo chungacola y whatsappeando con su novia.
Y tienen guardadas las joyas de la corona. Una cosa loquísima. Una salita donde la realeza enseña a los súbditos británicos lo que se han comprado con sus impuestos. Oye, que está bien, ya que se los han gastado que les digan en qué. Y tú entras, haciendo una hora de cola para ver esas cosas que tú nunca tendrás porque no tienes sangre azul, y te enseñan una corona. Pedazo de corona, por cierto. Que anda que no están pasadas de moda, pero ellos tienen una. Y yo creo que la usan y todo. Además les pega. La reina madre, esa señora tan señora, tan reina y tan madre, es muy de ir con corona. Tanto que cuando no la usa se pone en su lugar sombreritos, porque le señora debe verse rara sin nada sobre su soberana permanente.
Aquí también tenemos, no os vayáis a pensar. Es una corona como de pobres, eso sí. Más sobria, más rancieta, como nuestra monarquía. Porque no vamos a comparar ahora. Que no es lo mismo. Los nuestros son unos reyes tristes y descoloridos. No dan para un cuento de hadas. Aquí los reyes son otra cosa. Son una monarquía muy doméstica, que no luce nada. Todos flaquitos, con esa sonrisa permanente que parece que la llevan pegada a la cara, y esa asepsia tan aburrida vistiendo. Tienen pocas funciones, que no les dan para sudar. Que si sancionar y aprobar leyes [que previamente se han currado y aprobado otros], disolver y convocar las cortes [cada cuatro años, tampoco se mata la criatura], convocar referendum… si algún día se diera tal supuesto de que se nos deje opinar, proponer al candidato a la Presidencia del Gobierno, otra cosa que se la dan ya con el nombre puesto en un papelito… vamos, que así de currar, currar, como para acabar sudando, pues poco. Y la reina, eso ya es punto y aparte. La reina tiene una sóla función: la tutela del futuro rey. Ea. Que la pagamos por eso.
Y luego están los reyes eméritos. Que dos nos parecían poco. Cuatro reyes, parecemos la baraja española. Tenemos un rey de copas [emérito] una reina de espadas [¿o son dos?], otra de oros [más bien de perlas] y al siempre sobrio y compungido rey de bastos. Nos podemos echar un mus.
Los reyes eméritos están solo para actos de mucho boato, de los que sirven champán caro y canapés de foie de verdad. El rey emérito sigue con su tradicional tren de vida escandaloso, y de vez en cuando tiene un despiste de caza o lanza a una modelo por la borda; y la reina está ahí discretita sin hacer mucho más que sacarse alguna foto si la dejan. Y los reinantes, pues yo que sé. Me tienen esas caras de acelga, esa pose inmutable, no sé, no me convencen. Yo cada vez lo tengo menos claro. Porque eso que dicen de que nos representan empresarialmente… bueno a ver, representan a las empresas del Ibex 35, pero digo yo que estas empresas tendrán sus propios empleados para este fin, que no creo yo que los intereses de Telefónica los represente en exclusiva este señor; y si lo hace, leñe, que le paguen ellos la nómina. La de Estado, digo.
A mí como monarquía me gusta más la británica. Más rolliza, más pintona, más colorida, otro rollo. Me cambiaría de nacionalidad, pero es que yo no puedo con el frío, así que me tendré que resignar. Snif. Voy a consolarme con un británico capricho, a ver si se me pasa. Aunque solo sea por los colores ^_^
¡Salud!
TRIFFLE
CAL 313,4 · HC 43,6 · PR 13,5 · GR 10,3 [POR RACIÓN]
INGREDIENTES
[4 RACIONES]
Fresas, 300-400 g [o la fruta que más te guste]
MODUS OPERANDI
Lo primero que preparamos es la crema pastelera.
Ponemos a calentar en un cazo toda la leche menos medio vaso, que reservamos. Añadimos a la leche del cazo la vainilla. Mientras la leche coge temperatura, en un bol lo bastante amplio como para que entre toda la preparación, ponemos el medio vaso de leche reservada y la fécula de maíz, y mezclamos hasta tener una pasta sin grumos. Añadimos los huevos y el azúcar y batimos ligeramente hasta tener una pasta homogénea.
Sobre esta preparación volcamos la leche caliente en varias veces y removiendo tras cada adición, para que el huevo no cuaje.
Devolvemos todo al cazo y lo calentamos de nuevo. Lo cocemos a fuego bajo hasta que espese, y no dejamos de remover ni un segundo. La leche de vaca tarda de cinco a diez minutos. La de avena un poco más.
Si tenemos Thermomix, ponemos todos los ingredientes, los batimos unos segundos al 10, y cocemos a 90º unos 15-20 minutos, hasta que espese. La leche de avena tarda bastante más en espesar que la de vaca. Si es leche de vaca, en 7-9 minutos podría estar lista.
La pasamos a un cuenco, la tapamos con film transparente, con el film tocando la crema para que no forme costra.
Lo siguiente será triturar la fruta que vaya en la base. La trituramos al punto que nos guste, podemos añadir azúcar o un chorrito de licor si nos apetece, y reservamos. Debe quedar mínimamente líquido para que caiga entre los trozos, si es una fruta densa tipo melocotón, ayúdate con un poco de zumo.
Y por último, preparamos la fruta que va encima. La lavamos y cortamos en daditos. Podemos poner un poco de azúcar si nos apetece.
Y ya sólo queda montar:
- En la base, trozos de bizcocho rotos con la mano
- Sobre ellos, la fruta triturada, empapando bien los trozos
- Encima, la crema inglesa
- Y por último, la fruta en daditos
Pues no creas … en su inutilidad , al menos las reinas tienen sus rifirafes y la actual pone sus puntos sobre las ies y saca el bastón de mandar a pasear . La británica sencillamente pasa de todo, ignoró a Lady Di y hasta ignora a su propio marido jajaja.
Me encanta leerte jjj y más este triffle, estos postres me chiflan!
Buenos días! vengo de comprar fresas, que arte con el triffle, es un buen postre para hoy y cada dia :)
Ana me encanta leerte :-)))))
Un dulce con una presentación perfecta :-))
Un saludito
Me ha encantado, como todo lo que escribes y cocinas! muaaaks
Este texto un 14 de abril es lo más grande que he leído jamás. He dicho.
Ana, me encantan estos postres individuales, son muy apañados para tenerlos preparados con antelación.
De lo otro qué te voy a decir. Sería más divertido y colorido sin duda ser ingleses… con esas reinas madres sin operaciones de estética y sus sombreritos y trajes pastel tan “cuquis”… ja ja ja
Me he reído mucho leyéndote como siempre.
Besos
¡Ay hija mía! A ver si te van a imputar por «deslenguada» jajaja, porque aquí lo que no hay es mucha libertad de expresión, por no decir nada. Y con todos mis respetos, se puede opinar siempre y cuando no ofendamos ni faltemos a lo dicho. y tampoco hay que confundir libertad con libertinaje que es lo que más de uno ejerce por la jeta.
Yo sin embargo prefiero seguir siendo española, más vale lo malo conocido que lo que nos dicen que es bueno por conocer, jajaja.
Tu triffle, una golosina estupenda por la que sin duda yo más de una vez, como no tengo corona, pierdo la cabeza.
Las ganas que tengo de volver a Londres!
Tiene muchas cosas que me fascina. Para comer, la multiculturalidad de muchos de sus barrios; para guarrear dulce, la gastronomía británica se basta ella sola. Aunque en algunos casos se pasan un poco con el azúcar, mala influencia de la repostería americana, me temo.
Yo necesito volver a musear y a callejear mucho, pero para eso me tengo que asegurar que no caiga agua. Aunque en realidad no llueve tanto por allí, pero sí, hace frío y se ve poco el sol.
La monarquía británica es fascinante por su historia, su parafernalia y su «folclore». Me pierden las películas y series basadas en sus líos; incluso la mamarrachada «The Royals» me tiene enganchadísima. De fidelidad histórica no tiene absolutamente nada, pero es un culebrón absurdo genial xD.
Mmmm triffle! Estos postres en capas con mucha fruta me encantan :D.
Un abrazo
Las ganas que tengo de ir a Londres seguro que me lo pasaria pipa , los triflle me encantan no lo siguiente la primera vez que lo probe fue hace 20 años en el trabajo cuando vino a sustituir las vacaciones una chica que habia vivido desde los 2 años hasta los 20 en Londres donde emigraron sus padres y nos lo trajo un dia para que lo probasemos en nuestra hora de descanso.
Ains madre con lo lamboreteira que soy no sabes como me estas tentando , te ha quedado de relujo y seguro que sabe mejor.
Bicos mil y feliz semana wapa.
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Se nota que no has visto un cambio de Guardia en nuestro Palacio Real de Madrid los miercoles,una vez al mes, y sino ves a visitar el Museo de la Guardia Real en el Pardo donde están expuestos sus uniformes desde su creación.Que obsesión por desprestigiar lo bueno que tenemos.
El riffle riquisimo por cierto.
Ja. ja Me he reido tanto con las monarquías del mus que casi se me pasa por alto disfrutar de estos triffle que has preparado. Aunque te digo una cosa, la monarquía británica es más colorida, pero yo prefiero al orejas y su tampax en su pais.
Bss
Elena
Me encanta como te queda el vasito, eso de meter la cuchara y te puedas llevar a la boca diferentes sabores y texturas me encanta, soy fans total de estos vasitos que por ciento me has animado a preparar en casa.
besss
Que bueno conocer lugares, pues Londres debe tener esa magia fría de los nubarrones, con su monarquía y todas las comparaciones siempre es un placer leerte. El triffle con la crema inglesa de avena me parece muy interesante, un postre rico y muy inglés.
abrazos!