Yo a la olla lenta le voy a poner una rotonda con su nombre. Así, a lo grande. Que una calle me parece poco.
Me tiene la vida solucionada. Sobre todo, tiene solucionado el momento más crítico de la semana: El viernes, a la hora de comer. Con eso me ha ganado.
El viernes es el día que salgo del curro a las tres. Eso significa que como sobre las tres y media. Yo a las tres y media tengo hambre. Bueno, a ver, yo siempre tengo hambre. Pero el viernes a las tres y media estoy que muerdo. Porque además el viernes entro antes y eso significa que desayuno un poco antes, me tomo la fruta de media mañana un poco antes, y como mucho más tarde. Vamos, que muerdo.
Que a eso de las dos comerme un trozo de mesa es una posibilidad que no me parece descabellada. Que toda la mañana con un café con tostada en el desayuno, y un té con un par de piezas de fruta a eso de las once… a mí se me hace dura.
Antes de que la pandemia arruinara nuestros planes de vida; yo llegaba los viernes a casa y me encontraba la comida en la mesa. Una cosa que estaba estupenda. Ahora ya no. Y eso es porque el vikingo [quien se ocupaba de alimentarme todos los viernes] ahora pasa la mañana de este día en la despensa solidaria de nuestro barrio, organizando los repartos y recogiendo las donaciones que hacen. Y llega a casa más o menos a la misma hora que yo, cuando los repartos de alimentos están ya organizados para las familias que empiezan a llegar a las cuatro. Otro día hablamos de solidaridad y asistencialismo, que es un debate que me abre las carnes un poco, pero ahora mismo la situación es la que es.
Así que ahora los jueves por la noche, la olla lenta, slow cooker o como queramos llamarla, se ocupa de tener comida el viernes. Algunos jueves por la noche volvemos a casa tarde del grupo de consumo, y algunos de ellos además con un par de vinos [la vida social reducida a un vino en grupos de seis en una terraza con el plumas puesto y la mascarilla sólo levantada para dar sorbitos a la copa… esto es muy raro]. Cuando llegamos así usar la slow cooker tiene la incontestable ventaja de que se usa poco el cuchillo, y nada la sartén o el horno: todas ellas cosas potencialmente peligrosas cuando te has tomado dos vinos y tu nivel de alerta se ha relajado.
Vamos, que nos da de comer, y vela por nuestra seguridad. No tiene pegas. Lo dicho, que le pongo una rotonda.
MASALA DE LENTEJAS
INGREDIENTES
- Cebolla, una mediana [150-200g]
- Ajo, 3 dientes
- Jengibre fresco, 2-3 cm
- Lentejas castellanas, 2 tazas y media
- Caldo de verdura, 3 o 5 tazas*
- Agua de coco, 1 taza
- Tomate en trozos, 1 lata de 400g
- Sirope de ágave, 1 cucharada [se puede poner miel en su lugar]
- Tikka masala, 2 cucharaditas [se puede sustituir por otra mezcla de especias o curry]
- Sal, pimienta negra
- Leche de coco, media taza
* La cantidad de líquido y el tiempo de cocción dependerán de si las lentejas tienen o no remojo, está explicado todo en la receta
MODUS OPERANDI
Para hacer el masala de lentejas en olla lenta, es recomendable poner las lentejas a remojo con 6-8 horas de antelación. Si no nos ha dado tiempo, también explico como hacer para cocinarlas directamente a partir de las lentejas secas sin remojar.
Preparamos todos los ingredientes de la siguiente manera: La cebolla limpia y cortada en daditos pequeños; el ajo picado; el jengibre rallado. El caldo lo tenemos ya listo para usar [si es de pastilla, lo diluimos en agua caliente; si es caldo natural lo tenemos preparado y con la cantidad ya medida].
Si las lentejas tienen remojo…
En el recipiente de la olla lenta ponemos todos los ingredientes de la receta excepto la leche de coco. En este caso, ponemos 3 tazas de caldo. Programamos 6 horas en BAJA o 3 horas en ALTA, y revisamos como va de líquido a falta de una hora para terminar. Si vemos que va muy aguado podemos dejar la tapa un poco abierta para que evapore.
Si las lentejas no tienen remojo…
En el recipiente de la olla lenta ponemos todos los ingredientes de la receta excepto la leche de coco. En este caso, ponemos 5 tazas de caldo. Ponemos un temporizador para que la receta se inicie pasadas 6 horas, de esta forma, pasarán el tiempo de remojo dentro de la olla. Esto es muy útil si las programas por la noche para comer al día siguiente, porque puedes hacer los dos procesos juntos. Programamos 6 horas en BAJA o 3 horas en ALTA [siempre después de las 6 horas de remojo], y revisamos como va de líquido a falta de una hora para terminar. Si vemos que va muy aguado podemos dejar la tapa un poco abierta para que evapore.
En ambos casos
Una vez las lentejas estén listas, las servimos con la leche de coco que se añade en el último momento, y si tenemos, un poco de cilantro fresco.
Se sirven acompañadas de arroz blanco cocido.
Esta forma de hacer lentejas no la había visto nunca. Gracias por la receta. Lo intentaré este fin de semana.