PASTAS DE ALMENDRA DE #TIAALIA [Para los nuevos esclavos]

CAL 499 · PR 42,6 · HC 32,9 · GR 30,20 [100 GRS]

 

 SE BUSCAN esclavos. No importa color, edad ni sexo.

Ya no.

El imperio del consumo, y especialmente el de la moda y la estética, ya nos había convencido de que las princesas son blancas, esbeltas, guapas, jóvenes y no tienen vello. Por Chanel que no.

Nos han contado que por ser mujeres debemos ser y estar perfectas, y nos lo hemos creído.

Nos depilamos con máquinas infernales y nos terminamos de repasar a mano con una pinza, porque los cánones de lo perfecto y lo bello no incluyen pelos fuera de su sitio. Y después criticamos a nuestras amigas que han tenido la osadía de no depilarse las cejas.

Compramos automáticamente ropa igual que la ropa que acabamos de tirar solo porque le cuelgan etiquetas de nueva y nos han dicho que hay que cambiar de temporada y que ahora ya no se lleva el rosa chicle sino el fucsia.

Consumimos como locas cremas, tónicos, lociones, limpiadores y aguas micelares para lavar nuestro rostro de bases de maquillaje, polvos, colorete, correctores, sombras de ojos en varias texturas, rimmel, eyeliner, pintalabios y muchas más cosas que no venían de serie.

Y todo… ¿por qué?

Las mujeres somos víctimas del imperio de lo bello, de lo perfecto, de lo que se espera de nosotras, de la imagen de mujer triunfadora alta, blanca, esbelta y sin pelo que nos venden en todos los anuncios. Y vivimos frustradas porque nunca tendremos el trasero de las niñas de 15 años que anuncian anticelulíticos.

Peeeeeeeeeeeeeero… la industria crece, y todas las mujeres del primer mundo no somos suficiente alimento para la maquinaria de lo bello. Ya incluyeron a las mujeres de otras razas en los cánones de belleza [blanqueando un poco a las de raza negra y redondeando ligeramente los ojos de las asiáticas] pero no es suficiente…

Les toca el turno a los hombres. Ay pobres.

Ahora estos machos hispánicos de pelo en pecho y medallita de la virgendelpilar, tienen que refinarse. Ya no pueden ir en chandal ni tirarse pedos. Ahora tienen que ser finos, oler a perfumes caros y vestirse bien.

Y que ha pasado?

Que en lugar de liberarnos todos y todas de esta trampa, hemos caído en la red [y yo la primera, que me pintarrajeo y estoy apuntada a un gimnasio]. De pleno.

Hemos convertido a los hombres en los nuevos esclavos del culto a la imagen. Y de pronto, se cuidan. Consumen cosméticos. Van al gimnasio y pasan horas conversando sobre proteínas, hidratos de carbono y sus implicaciones en las sesiones de entrenamiento, que si me como un filete se me hincha el brazo y si tomo leche me va a la barriga. Y se fríen en sesiones de rayos uva que los pobres parece que se han barnizado.

A algunos se les ha ido la mano.

Que las revistas de hombres de ahora, les enseñan a comprar ropa cara, perfumes, y gastarse media nómina en cremitas de todo tipo. Y para muestra,  mi último compañero de piso, un macho ibérico de tomo y lomo con un neceser que ocupaba tres veces lo que el mío y un armario de zapatillas de marca más grande que el zapatero de Eva Perón.

Y por supuesto, les dan toda clase de trucos hilarantes y ridículos para ligar, frases de acercamiento, técnicas para estar más guapos [o al menos parecerlo un ratito] y les enseñan a cocinar langostinos y ostras para seducirnos. Les explican qué reloj llevar para impresionar a sus amigos, y qué zapatos elegir para impresionarnos a nosotras.

Y se han creído que ser modernos y estar guapos pasa por mazarse en los gimnasios [aunque a veces toman tantos anabolizantes que resulta que hay tíos con músculos hasta en las orejas que quitan peso cuando me levanto de una máquina, y os prometo que yo no solo tengo poca fuerza, es que además soy vaga a muerte y me esfuerzo lo justito pa aparentar que hago algo].

Se han liado a comprar como locos todo tipo de cremas para hombre, que son como las cremas para mujer pero en botes azules. Saben combinar camisas y corbatas. Tienen zapatos para cada ocasión, y hasta bolsos a juego. Se depilan, y no solo las cejas.

Y no es este el problema. No.

El problema radica en que se han convertido en los nuevos esclavos de la sociedad de consumo.

Que en lugar de firmar un armisticio y decidir que todos, hombres y mujeres, somos como la naturaleza nos ha creado, y descolgar a las quinceañeras de culos impecables de las marquesinas de autobuses, hemos colgado enfrente marineritos musculados y sensuales que crean en los hombres las mismas frustraciones que arrastramos las mujeres desde hace siglos.

Vaya.

Que mal nos lo hemos montado en esta evolución. Que nos hemos hecho iguales, sí, pero por el lado chungo.

Con lo fácil que hubiera sido, ya que somos más, plantarle cara al negocio de lo bello, y decidir que lo bello en realidad es lo verdadero. Que lo real viene con pelo, con michelines, con las tetas un poco caídas, con barriga y bolsas bajo los ojos, pero es así, y punto. Y que lo interesante es hacer las cosas que nos gusten: leer, cocinar, escalar montañas o ver culebrones. Y no lo que nos mandan, que no somos ovejas.

Supongo que es cuestión de tiempo, porque no podemos obviar la sociedad en la que vivimos. Yo misma vivo disociada. Me maquillo de lunes a viernes, pero llego a casa y me desmaquillo antes incluso que quitarme los zapatos. Tengo ropa de vestir y ropa mía. Y la mía cabe en una cajita,  no necesito más. Y fuera de un día laborable es más difícil verme con zapatos que avistar un ovni. Somos pura contradicción.

Pastas almendra Tia Alia 3



INGREDIENTES

Almendra cruda, 150 gr
Azúcar, 120 gr
Yemas, 2 ud
Cointreau, 1 cucharadita [opcional]

*He optado por una versión más bien dura y modelable de las pastas, porque no me quedaban huevos en la nevera… cosas que pasan. Las aligeré con un poco de Cointreau, y les sentó muy bien. Se pueden añadir yemas hasta que tengamos la textura que nos guste.

MODUS OPERANDI

La almendra se muele hasta tener una harina razonablemente fina. También se puede comprar en polvo.

Se añaden el azúcar, las yemas y el Cointreau y se mezcla bien hasta tener una pasta manejable similar al mazapán.

Como decía, se pueden añadir tantas yemas como necesitemos. Yo con estas conseguí una textura que me gustó porque se puede trabajar bien y hacer pequeñas figuras parecidas a los mazapanes, pero se pueden añadir más y hacerlas con manga pastelera o con pistola para galletas.

Sin título-1

Pastas almendra Tia Alia 6
 

Si usas estas cantidades, ten en cuenta cuando hagas las formas de las galletas, que en el horno se abren ligeramente y se craquelan.

Una vez les hemos dado forma, se hornean a 180º unos 12-15 minutos sin quitarles el ojo de encima.

Pastas almendra Tia Alia 5

25 comentarios en «PASTAS DE ALMENDRA DE #TIAALIA [Para los nuevos esclavos]»

  1. Ana, pero que entradas tan divertidas haces!!! Me han gustado mucho tus pastas, seguro que estaban bien ricas.
    Este mes he participado en el salado, porque ya tenía publicadas en el blog unas parecidas y no era cuestión de repetir.

    Un besazo,

    Responder
  2. Ya hablamos de los metrosesuales, en otra de tus entradas. Vuelvo a compartir pero añadiendo algo que tú por ser más joven que yo, aún no has llegado. ¿Qué pasa cuando ellos o nosotras llegamos a cierta edad?. La respuesta está no sólo en la estética, ni en la cosmética… la cirugía nos la están vendiendo a diestro y siniestro y sólo hay que ver la falta de naturalidad y muchas veces de expresión de muchas de esas personas. Yo respeto a todo el mundo pero comparto contigo de que el cuerpo cuanto más natural, más apetecible.
    Las galletas me las llevo porque me encantan los dulces que llevan almendra y el Cointreau, ni te cuento. Así que una omisión que no ha venido nada mal. Besos y buena semana

    Responder
  3. Que buenos tienen que estar…Las fotografias me encantan, transmiten lo que nos quieres enseñar. Felicidades por tu bloc ha sido todo un regalo el visitarlo, espero que visites el mio.
    Elracodeldetall.blogspot.com

    Responder
  4. Muy cierto todo lo que has dicho, yo cuando era mas joven si que me apetecía un poco eso de ir maquillada, pero con el tiempo lo fui espaciando y hace años que nada de nada, y en cuanto al vestir, la verdad es que nunca he sido de seguir la moda, aunque ciertamente si me tenia que comprar algo lo hacia siguiendo un poco la tendencia, pero mas que nada por que es lo que vendían, pero ya ni eso, descubrí que lo mejor era ir cómoda, así que que ese es mi estilo, contra mas cómodo y sencillo mejor.En cuanto a la estetica, bueno pues si que me depilo, e incluso con las pinzas remato la faena, así me entretengo, pero tampoco soy una obsesa, y, cremas, la verdad es que cuando me acuerdo me pongo alguna, pero solo porque tengo la piel muy seca y se me pela( a veces pienso si seré un lagarto….).Lo del gimnasio, nunca he ido a uno y no creo que lo haga, soy muy vaga para eso, y mira que tengo algunos kilos de mas, producto de estar en el paro y tener esta afición, pero hago algo de ejercicio en casa (cuando me apetece), y, quiero hacer algo de dieta para perderlos, pero vamos, sin obsesionarme, y, desde luego no me pienso quedar raquítica, porque despues de todo soy una mujer real, y así somos las mujeres y hombres reales.

    Y despues de mi alegato sobre tu reflexion, decirte que como mujer real me encanta comerme unas pastas como estas y disfrutarlas, y mas si me las como delante de alguien obsesionado con parecer un maniquí (que mala soyyyy),jajaja!
    Besos

    Responder
  5. A pesar de que la estupidez no tiene límite, confío en que con el tiempo se imponga el sentido común, porque si no esto va a ser un mundo inhabitable, jajaja. Me ha gustado mucho tu entrada, me encanta leerte.
    Las pastas también me encantan aunque no se me dan bien.
    Un beso guapa

    Responder
  6. Waaauuu! fantástica reflexión sobre las contradicciones de esta sociedad. Es verdad que somos esclavos de la industria de «lo bello», pero es que el marketing nos ha machacado y es muy difícil salir de este bucle.
    Lo importante es no criticar a quien no sigue con esta tendencia!!
    A parte de esto, una receta fantástica :))
    Un beso!!

    Responder
  7. Si son crocantes, me gustan!
    Me ha gustado tu editorial. Y me ha hecho pensar. Yo, como tú, me pongo casi perfecta para ir a la oficina de lunes a viernes, y critico a la gente desaliñada, pero lo que realmente añoro es el «finde», la cara lavada, las deportivas, los tejanos y la camiseta blanca. Como dices, la ropa de «no trabajo», mi preferida, cabe en una bolsa de fin de semana… Me encantaría no tener que «ponerme el color» cada mes y no tener que «plancharme» el pelo cada vez que lo lavo, …, realmente odio toda esa tiranía, pero no me atrevo a pasar de ella… En fin!
    Besotes y buena semana!

    Responder
  8. Isa

    Tardo tanto en contestarte porque me gusta leer tus entradas, me lo paso muy bien, te diría que la de hoy me gusta más que la receta, y eso que soy golosa. Así que ya sabes, aunque tarde, pasaré para leer tus historias.

    Responder
  9. Jajaja. Qué simpático el post, invita a la reflexión.
    Me encanta esta receta porque nadie piensa en los vegetarianos, pero parece que cada vez más se van viendo recetas y otros ingredientes con que sustituir los que no pueden tomar, (bueno, podemos, me incluyo porque hasta hace poco lo era, aunque tuve que dejarlo por problemas de salud, volveré a serlo).
    Acabo de conocer tu blog. Participo también en las recetas de tía Alia y en el asaltablogs, seguro que nos volvemos a ver =)
    Un beso enorme!

    Responder
  10. Plas, plas, plas…Ana, me uno a ti en todo lo que has escrito sobre la esclavitud del siglo XXI. Qué tontos somos todos, por Diossss.

    Has dicho verdades como puños pero que son verdades que permanecerán porque no tenemos lo que hay que tener para rebelarnos contra todo y cambiar. Somos muy obedientes y nos gusta ir por el camino que nos marcan aunque no sa el que más nos guste. Una pena :(

    Menos mal que tenemos tus pastas para consolarnos !!!

    Gracias por participar en el reto y, por favor, sigue escribiendo entradas como esta. Son de un disfrute tal que no sería justo que nos privaras de ellas.

    Bss

    Responder

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.