TARTA VEGANA DE PICOTAS [Picota]

  

No puedo resistir la tentación. Tengo que hablaros de las picotas. No de la fruta, no. De las picotas medievales. Lo siento, si eres muy sensible no sigas leyendo y pasa a la receta. Pero es que el tema a mí me fascina.

Y además me parece una pena que haya desaparecido. No digo literalmente, pero sí que podría haber evolucionado a otra cosa menos gore pero igualmente ejemplarizante, leñe.

Una picota [picota pública] es una columna, por lo general de piedra [que las hacían para que duraran], donde en la edad media se colgaban las cabezas de los ajusticiados, o sus cuerpos [por lo general por separado] para escarnio público. Los cuerpos además los solían cubrir con miel y a veces los emplumaban, para que los bichos se alimentaran a gustito. Entendamos aquí el contexto histórico:  en el medievo no se andaban con sutilezas en la aplicación de justicia. O de injusticia, que no seré yo quien se meta en tal disgresión. La cosa era cabeza colgada y desparrame de vísceras, sangre y demás. Una cosa de lo más didáctica.

La cosa es que a mí, salvando las formas medievales, ahora que tenemos algo parecido a justicia universal, las garantías a los procesados y sin pena de muerte, oye, que esto del escarnio público en verdad no me parece del todo mal. Tiene un puntito de justicia poética que a mí me parece bien. No se trata de cargarnos de un plumazo esto del derecho a la segunda oportunidad, cuidado. Sino de dejar un espacio… de seguridad. Que entre la primera y la segunda oportunidad, corra un poquito de aire. Que la gente puede cambiar y todo eso. Y está en su derecho a que se olviden los errores del pasado, eso por delante. Cuando cambia, claro. Si no, na de na.

Tenemos un nivel de tolerancia a la corrupción, la prevaricación, la falsedad y ciertos delitos, sobre todo los de carácter económico o los que tienen que ver con el abuso de posición, que es para que nos lo miren. Y digo yo que acompañar este tipo de delitos contra la sociedad, los contribuyentes o los ciudadanos en general, con un poco de escarnio público, haría que más de uno se lo pensara dos veces. Hay que emplumar a más corruptos.

Ahí tenéis Japón como ejemplo. Es tan vergonzoso que te pesquen robando siendo una persona pública, que la gente dimite, aunque haya cogido sin querer un paraguas de otro saliendo de una convención, en serio, que dimiten. No digo que nos pongamos a colgar cabezas de postes, que casi ni por higiene me parecería bien [un lío de moscas y un tufo que no veas], pero una picota simbólica, un lugar común donde se pusiera a la vista a ciertos personajes, y donde se les sancionara con el escarnio público, oye, que a mí eso me molaría.

Luego ya está esto de que te arrepientes y te reconviertes, te dejas barba y te haces hippie, y te vas a vivir a Ibiza la vida contemplativa en la mansionaca que te has comprado en tu vida anterior, y vives de colocar bien los chacras a tus colegas de antes, pero te vas escaldadito, escarmentado y vapuleado. Qué menos, digo.

Yo creo que esto hay que proponerlo. En plan iniciativa ciudadana. Si lo hacemos en las redes, no hace falta casi ni presupuesto, vamos, que no le veo pegas.

 

TARTA VEGANA DE PICOTAS

[9 MINI TARTALETAS O UN MOLDE DE QUICHE DE 22-24 CM]
 
INGREDIENTES
 
Masa brisa
Harina, 175 g
Aceite de oliva suave, 50 g
Agua, 50 g
Sal, una pizca
Cardamomo, 3 vainas [opcional]
 
Frangipan
Margarina vegetal, 40 g
Azúcar, 30 g
Almendra molida, 100 g
Bebida de avena, 125 g [o cualquier otra bebida vegetal]
Almidón de maíz, 1,5 cucharadas [maizena o harina fina de maíz]
 
Crema de picotas
Bebida de avena, 500 ml [o cualquier otra bebida vegetal]
Pasta de vainilla, una puntita [o unas gotas de extracto líquido]
Azúcar, 30 g
Picotas del Jerte, 200 g [peso con hueso] [puedes usar 150 g de cualquier fruto rojo en su lugar]

Almidón de maíz, 1,5 cucharadas [maizena o harina fina de maíz]

MODUS OPERANDI: TRADICIONAL

 

Lo primero de todo es preparar la masa brisa o quebrada [son la misma cosa]. Antes de empezar trituramos las semillas de cardamomo en un mortero hasta reducirlas a polvo. Tendrás que sacarlas antes de las vainas [un golpe de mortero, la vaina se abre, se sacan las semillas y se desecha la parte verde]. En un bol ponemos todos los ingredientes de la masa, los mezclamos bien hasta tener una bola compacta de masa, y la metemos a la nevera envuelta en papel film como mínimo media hora, para que asiente. 

Mientras tanto vamos a ir preparando las otras dos elaboraciones.

Empezamos con el frangipan. En un bol ponemos la margarina vegetal a temperatura ambiente y el azúcar, y lo batimos con una varilla eléctrica hasta que esponje un poco. Cuando lo haya hecho, añadimos la almendra molida, y lo mezclamos con las varillas a velocidad baja medio minuto. En un vaso ponemos la bebida de avena fría [o del tiempo, pero no caliente] y disolvemos en ella el almidón de maíz. Lo incorporamos todo al bol, y batimos nuevamente hasta tener una pasta lisa con textura cremosa. Reservamos.

Lo siguiente es la crema de picotas, o de la fruta elegida. Separamos antes de empezar medio vaso de bebida de avena y la reservamos. Ponemos en un cazo a calentar el resto de la leche y las picotas ya deshuesadas y partidas en mitades o cuartos con el azúcar y la vainilla. Cuando comience a hervir, disolvemos el almidón de maíz en la bebida de avena fría que teníamos reservada, y lo incorporamos al cazo. Seguimos cociendo todo junto hasta que la mezcla espese y tenga consistencia de natillas. No dejamos de remover en este tiempo. Tardará diez minutos, aproximadamente. Cuando haya espesado, lo pasamos a un bol y lo reservamos tapado con papel film. Para que no forme costra, hay que taparlo a piel, esto es pegando el film a la superficie de la crema.

Ya tenemos la crema de picotas por un lado, el frangipan por otro, y la masa ha pasado un tiempo en la nevera. Precalentamos el horno a tope.

Retomamos la masa. Sacamos la bola de la nevera, enharinamos la encimera y extendemos la masa con ayuda de un rodillo y algo más de harina para que no se pegue. Esta masa se trabaja bien y se estira hasta ser muy fina, es la mar de agradecida. Si hacemos una tarta grande, forramos el molde de quiche con la masa, presionando en los laterales para que la masa se sujete [no se va a caer, pero no la dejes muy floja tampoco]. Si usamos moldes individuales, cortamos círculos de masa y vamos forrando todos los que alcance la masa, a mí me han salido 9. En este caso, habrá que ir uniendo los recortes de los moldes [todo lo que sobre por los bordes] en una nueva masa que estiraremos de nuevo. Si se pone inmanejable, la enfriamos diez minutos, incluso si tenemos prisa se puede hacer en el congelador. A mí no me hizo falta, al no llevar mantequilla aguanta bien el sobe del reamasado.

Pinchamos la base de la masa con un tenedor para evitar que se formen burbujas, y ponemos algo de peso, yo uso unos garbanzos secos que tengo sólo para cocer masas y reutilizo infinitas veces, hasta que cogen olor a rancio y los tengo que cambiar.

Horneamos [a esto se le llama cocer una masa en blanco] a 180 ºC entre 10 y 15 minutos, hasta que la masa esté seca pero no tostada. Retiramos del horno la masa cocida, rellenamos las tartaletas con la crema de picotas, y sobre la crema dejamos caer un par de cucharadas de frangipan. Se extenderá despacio, pon poco a poco y ajusta al final con lo que te sobre.

Devolvemos las tartaletas al horno, y cocemos hasta que el frangipan esté completamente dorado, unos 10 minutos más, a 180 ºC. Dejamos enfriar antes de servir, pero es mejor no servirlo muy frío, tibio o a temperatura ambiente está perfecto.

MODUS OPERANDI: THERMOMIX

Lo primero de todo es preparar la masa brisa o quebrada [son la misma cosa]. Abrimos las semillas de cardamomo con un golpe seco y extraemos las semillas. Ponemos la Thermomix a velocidad turbo y sin pararla echamos las semillas por el bocal. Paramos. Añadimos el resto de ingredientes de la masa, y mezclamos a velocidad 6 hasta tener una masa compacta que forme bola. La envolvemos en papel film y la metemos a la nevera como mínimo media hora, para que asiente. 

Mientras tanto vamos a ir preparando las otras dos elaboraciones.

Empezamos con el frangipan. Si no tenemos la almendra molida, la molemos a velocidad turbo antes de empezar y reservamos.

Colocamos la mariposa en las cuchillas. En el vaso ponemos la margarina vegetal a temperatura ambiente y el azúcar, y programamos 5 minutos, a velocidad 3½ sin temperatura, hasta que esponje un poco. Añadimos la almendra molida, y programamos a la misma velocidad un minuto más. En un vaso aparte ponemos la bebida de avena fría [o del tiempo, pero no caliente] y disolvemos en ella el almidón de maíz. Lo incorporamos todo al vaso de la Thermomix, y programamos 3 minutos, o hasta tener una pasta lisa con textura cremosa. Reservamos.

Lo siguiente es la crema de picotas, o de la fruta elegida. No hace falta lavar el vaso entre estas preparaciones siempre y cuando las hagamos seguidas. Separamos antes de empezar medio vaso de bebida de avena y la reservamos.

Ponemos en el vaso el resto de la leche y las picotas ya deshuesadas y partidas en mitades o cuartos con el azúcar y la vainilla y programamos 7 minutos, 100ºC, velocidad 1. En un vaso aparte disolvemos el almidón de maíz en la bebida de avena fría que teníamos reservada, y lo incorporamos al vaso de la Thermomix. Programamos 10 minutos, 100 ºC velocidad 2. Si al final de este tiempo la textura no es de natillas, programamos otros 3 o 5 minutos, hasta que espese. Lo pasamos a un bol y lo reservamos tapado con papel film. Para que no forme costra, hay que taparlo a piel, esto es pegando el film a la superficie de la crema.

Ya tenemos la crema de picotas por un lado, el frangipan por otro, y la masa ha pasado un tiempo en la nevera. Precalentamos el horno a tope.

Retomamos la masa. Sacamos la bola de la nevera, enharinamos la encimera y extendemos la masa con ayuda de un rodillo y algo más de harina para que no se pegue. Esta masa se trabaja bien y se estira hasta ser muy fina, es la mar de agradecida. Si hacemos una tarta grande, forramos el molde de quiche con la masa, presionando en los laterales para que la masa se sujete [no se va a caer, pero no la dejes muy floja tampoco]. Si usamos moldes individuales, cortamos círculos de masa y vamos forrando todos los que alcance la masa, a mí me han salido 9. En este caso, habrá que ir uniendo los recortes de los moldes [todo lo que sobre por los bordes] en una nueva masa que estiraremos de nuevo. Si se pone inmanejable, la enfriamos diez minutos, incluso si tenemos prisa se puede hacer en el congelador. A mí no me hizo falta, al no llevar mantequilla aguanta bien el sobe del reamasado.

Pinchamos la base de la masa con un tenedor para evitar que se formen burbujas, y ponemos algo de peso, yo uso unos garbanzos secos que tengo sólo para cocer masas y reutilizo infinitas veces, hasta que cogen olor a rancio y los tengo que cambiar.

Horneamos [a esto se le llama cocer una masa en blanco] a 180 ºC entre 10 y 15 minutos, hasta que la masa esté seca pero no tostada. Retiramos del horno la masa cocida, rellenamos las tartaletas con la crema de picotas, y sobre la crema dejamos caer un par de cucharadas de frangipan. Se extenderá despacio, pon poco a poco y ajusta al final con lo que te sobre.

Devolvemos las tartaletas al horno, y cocemos hasta que el frangipan esté completamente dorado, unos 10 minutos más, a 180 ºC. Dejamos enfriar antes de servir, pero es mejor no servirlo muy frío, tibio o a temperatura ambiente está perfecto.

10 comentarios en «TARTA VEGANA DE PICOTAS [Picota]»

  1. Pues no sabia lo que era una picota de la edad media y ot¡ye segun te leia ,pensaba si se hiciera algo parecido no habria tanta delincuencia ni robos de dinero por parte de cargos publicos y demas ,en japon si te pillan robando y no eres un personaje publico tu familia se tiene que ir por que es tan vergonzoso y esta tan mal visto que la gente deja sus casas y todo ,vamos que alli no te roban ni un paraguas por equivocacion ,unos tios de mi marido que vivieron alli diez años al principio no estaban con las suyas ( han vivido en Madrid toda la vida y alli vivien ahora de nuevo ) cada vez que dejaban la bici fuera del suoermercado cuando iban a comprar no podian evitar salir a mirar si aun estaba alli y oye podia estar alli con la compra con una cartera y el movil dos meses que no le tocaban.
    Me gusta tu propuesta de escarnio publico ,estaria bien hacerlo a ver cuant@s se apuntan .
    Las tartaletas se ven divinisimaaaaaaaas no me ves pero te hago la ola ,me encantan todos los ingredientes ,seguro estaban de rexupete.
    Bicos mil y feliz finde wapa.

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  2. Eres única!!! Conseguir hablar de las barbaries medievales mientras preparas una rica tarta de picotazos sólo lo puedes hacer tú. Y oye, que me ha gustado la idea de volver al escarnio público. Si Urdangarín (por ejemplo), en vez de estar en una cárcel para el sólito que nos tenemos que creer que está porque nadie le ve, estuviese en mitad de la Puerta del Sol vestido de flamenca para que los turistas se hagan fotos con él, por lo menos las ganas de volver a aprovecharse del braguetazo que dio seguro que se le quitan. 😂😂😂

    Bss

    Elena

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  3. Natalia Cortes

    Pues si le decían picota a aquellos lugares en la Edad Media, te cuento que en mi ciudad natal hay una cárcel que se llama La Picota…, así que ya veo de donde viene la cosa…, de corruptos y ladrones de cuello blanco tienes toda la razón, que ya se vuelven descarados ellos que ni vergüenza les da y lo peor es que es en todo el globo la cosa. Es triste esa situación y más triste que se vuelva algo normal, del día a día, concuerdo con muchas de las cosas que dices. Ahora, estas picotas en tarta me parecen estupendasun, abrazo

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