SARDINAS EN TOMATE [Castigadoras]

CAL 436,7 · HC 9,8 · PR 48,3 · GR 22,5 [POR RACIÓN]

  Sardinas en tomate

Sardinas en tomate 

Las sardinas son castigadoras.

Llega el verano. Y vas tú paseando por la playa, libre de complejos, de pelo y de durezas en los pies [libertades restringidas al verano, que en invierno ya pasas de todo] y te llega ese olor, ese, el de los espetos de sardinas.

Como eres un ser inmoral y falto de escrúpulos, tú ese día te has ido a la playa con el bocata de mortadela con aceitunas, y tu pastelito plastificado del super de postre -que no se diga-. Y entonces las hueles.

Porque los espetos de sardinas tienen el don de la ubicuidad. Los haces aquí y los huelen en Dubai. Y se te abre el apetito, claro. Pero en tu bolsa solo hay crema bronceadora y un bocata de mortadela, para que elijas.

De modo que te comes resignado la mortadela, con la lorza castigadora asomando [porque las sardinas no fomentan la lorza pero el bocata sí] y al día siguiente bajas a la playa a lucir depilación brasileña con lorza incipiente, sin bocata y sin pastelito… y te das de bruces con que el señor de las sardinas no está. Ale, a pasar hambre, que toca compensar.

Y es que a ti las sardinas te quieren mal.  Porque luego te vas a tu casa [en la ciudad, claro, que tú no vives en la playa] y te compras las sardinas para vengarte de tus frustraciones veraniegas. Y la primera en la frente: que tienes que limpiarlas, que no se limpian solas. Te resignas y cuando has acabado con aquel kilo de sardinillas [que encima trajiste las pequeñas porque eran más baratas y acabas de descubrir por qué] ya la cosa ha perdido todo el encanto y se ha apagado la musiquita ambiental que sonaba en tu cabeza, y ya solo escuchas a tus tripas hambrientas.

La segunda viene de seguido: ¿Dónde pensabas hacer el espeto, alma de cántaro?  ¿En la terraza? ¿Esa que tú NO tienes? Resignado de segundas, coges una sartén. Según las empiezas a cocinar, aquello empieza a desprender un olor que no vas a sacar de las cortinas del salón hasta pasado nochebuena.

Y la tercera: ¿A que no habías pensado que los niños no comen pescado?

Pero cuando ya habías perdido toda ilusión por estos pequeños pececillos a los que ibas a encargar un vudú al salir de la oficina mañana, llega la Tia Alia, que es maja, pero maja, maja. Y te enseña a cocinar unas sardinas en tomate no-creadoras-de-traumas, sin estropicio de sartenes, sin olor en las cortinas y que no te recuerdan a aquellas pérfidas sardinas en espeto que se batieron en duelo con tu bocata de mortadela con aceitunas en aquel verano que ya no recuerdas.

Es que Alia es un encanto. Y una mujer práctica, que eso vale mucho.

Sardinas en tomate

INGREDIENTES
[PARA DOS PERSONAS, COMO PLATO ÚNICO]

Sardinas, 500 g
Tomate triturado, 400 g
Cebolla, 1 mediana
Ajos, 2 dientes
Clavo de olor, 3 unidades
Laurel, 2 hojas
Aceite, 1 cucharada

MODUS OPERANDI

Esto lo podemos hacer de dos maneras: versión sardinas enteras [más fáciles de cocinar, pero luego tienes que sacar las espinitas mientras las comes] o versión en lomos. Yo he optado por los lomos porque odio encontrar espinas, pero lo explico de las dos formas.

Lo primero de todo, es lavar bien las sardinas y quitar las posibles escamas que hayan quedado. Es de suponer que el pescatero es un tipo majo y les ha retirado las cabezas, que eso siempre te hace sentir un poco mal.

Si vamos a hacerlas en lomos, abrimos la sardina con un cuchillo bien afilado, sacamos la espina central y las lavamos ligeramente bajo un chorrito de agua, lo justo para retirar cualquier espinita que se haya quedado pegada a la carne.

Cuando tengamos todas las sardinas ya preparadas, nos liamos con el sofrito. Pelamos y cortamos en juliana la cebolla, y picamos los ajos.

En una cazuela ancha [si son lomos, muy ancha, si son enteras no es tan importante] ponemos a calentar el aceite y pochamos la cebolla y los ajos. Cuando los tengamos ya blanditos, añadimos el tomate triturado, los clavos y el laurel, salpimentamos y lo dejamos cocer todo junto unos 15 minutos, hasta que el tomate esté frito.

Sardinas tomate PaP

Cuando el tomate ya esté en su punto [no lo dejes reducir demasiado] vamos incorporando las sardinas a la sartén, cubriendo todo el fondo. Si sobran, podemos rescatar un poco del tomate de debajo y añadirlo por encima, y montar una segunda capa. Como las sardinas todavía te guardan un poco de rencor por el feo que les hiciste ese día, tenderán a romperse, así que debes tener un cuidado exquisito al manipularlas.

Al cabo de 5 minutos están cocinados los lomos. Si son enteras, dales dos minutos más. Y si son lomos, al sacarlas de la olla, hazlo con una espátula ancha, que las coja enteras de cabeza a cola para que no se rompan, o dejarás tras de ti un paté de sardinas… que siempre podrás untar en pan, claro.

Las sardinas enteras tienen la ventaja de que  no se rompen con tanta facilidad, aunque si hay niños de por medio, no te aconsejo que les des pescado con espinas, podrías arrepentirte demasiado pronto.

Receta elaborada para el reto Tia Alia viajero, cuya anfitriona es la encantadora Paula de Con las zarpas en la masa

Sardinas en tomate

22 comentarios en «SARDINAS EN TOMATE [Castigadoras]»

  1. catypol

    Qué diferente es nuestro verano al vuestro, en nuestro caso si vivimos casi en la playa, la más cercana está a 30 minutos en coche, pero no tenemos espetos, tenemos pepsi,colaaa,fantaaaa,leeeemooooon…y si queremos sardinas pasamos la misma «odisea», también vamos con el bocata de mortadela ya que la sobrasada en verano y el bocata al sol, uff! no, mejor no. Y tampoco podemos encender fuego o barcacoa pues está prohibido y según donde vivamos más…en fin! yo también me quedaría con las sardinas de tía Alia, que molan y seguro saben deliciosas, y nos quedamos tan ricamente bien.
    Un besito

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  2. ¡Me encantan tus fotos! Que maravilla, con solo verlas ya empiezo a salivar ¡como si estuviese en esa playa oliendo el espeton de sardinas! jejejejej Que ricas ¿verdad? ¡Te han quedado estupendas! Yo también he participado en la receta salada y me ha encantado, mira que son sencillas pero no las habia preparado nunca y estan de rechupete. Un besito guapa!

    Les receptes que m’agraden

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  3. Teniendo en cuenta que yo si huelo la sardina en la playa me guardo el bocata para mejor ocasión, estoy de acuerdo contigo en que las sardinas en sartén ni de broma. Yo por supuesto decapitadas por el pescadero aunque tenga que bajar dos veces a que termine su trabajo, ja, ja

    Bss

    Elena

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  4. jajaja, lo que me he podido reir!!! Me ha encantado tu relato (la receta por supuesto), es que me troncho. Y no me puedo sentir identificada porque como no me gusta la playa nunca he olido un espeto (de hecho, hasta hace poco no sabía lo que era), pero en lo de las lorzas y las durezas: 100% identicada!!!

    Muchas gracias por participar y por hacerme pasar este buen rato ;). Salu2. Paula

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  5. En casa gustan mucho las sardinas, y cerca del mar, en la playita apetecen muuuuuuucho. Tu versión de la receta de Tía, tiene que saber muy sabrosa. Yo elegí la versión dulce, pero las sardinas las haré si, o si. Nos encontramos en el próximo reto. besos,

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  6. Ja,ja,ja!! Yo siempre he mantenido que las sardinas son de esos platos que sólo están buenos fuera de casa, y en el contexto adecuado, tal como describes. Pero estoy de acuerdo en que la Tía Alia nos proporciona la manera de disfrutar de ellas en nuestras cocinas urbanas sin traumas innecesarios, ¡qué buen aspecto las tuyas!

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  7. Yo si hay algo en este mundo a lo que no me puedo resistir es a las sardinas. Con espinas y todo. Yo me como hasta las raspas. Vamos, tengo clarísimo que el bocata de mortadela en mi caso (y mira que la mortadela y yo somos uña y carne) se habría ido al fondo del mar.
    Sólo como sardinas en verano, porque me gustan asadas, así en parrilla y eso en mi casa no lo puedo hacer, pero en 3 semanas de vacaciones me como todo el omega 3 que necesito para todo el resto del año. Kilos de omega 3 sardinero. Imagínate. tremendous.
    Lo que me ha gustado mucho es esta modalidad en lomos con tomate porque, aunque a mis enanas sí les gusta el pescado, casi siempre se lo preparo igual y no quiero que se aburran y lo aborrezcan, así que voy a probar esto. Lo malo es que igual acabo comiéndomelas yo y se me dispara el omega3!
    Besitos.
    Beatriz

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  8. moniegcenteno

    Totalmente de acuerdo, sobre todo en el olor de los espetos y en lo de los pies en la arena, je,je. Qué bueno. En cuanto a tu receta, genial, tienen una pinta las sardinas que dan ganas de mojar desde la pantalla. Un beso.
    Monie Cocina

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  9. Pensar que yo odiaba las sardinas… Como tienen una pinta tan increíble?! Es que ni con pan, solas tal cual ya son castigadoras! Nunca las he probado así cocinadas y con tomate pero está claro que es un ‘must’ que tiene que caer pronto;)

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  10. Ana, como siempre, visitarte y leerte es un deleite para la vista y la mente…lástima que no pueda añadir que también lo es para el paladar. Eso lo tendremos que dejar para otra ocasión no muy lejana.

    La historia de los espetos de sardina no ha podido gustarme más. Qué chispa tienes chiquilla. Es que me has hecho visualizarlo perfectamente y vivir tu experiencia que, en algún momento, también lo fue mía.

    Bss y hasta pronto!

    P.D. Le trasladaré a Alia tu piropo…que es maja, maja pero bien maja :) Le gustará!

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  11. Ana, siento decirte que las evocaciones de mi verano, nada tienen que ver con las del tuyo. Nada bucólico el paseo por la playa oliendo a espeto, pero si eliminamos ese punto, me veo paseo arriba, paseo abajo, disfrutando de un paseo por la playa.

    La tía Alia es maja, pero maja, maja. Ya nos ha demostrado lo práctica que es en más de una ocasión, aunque en alguna ocasión nos ponga alguna trampilla que nos haga sufrir. Y sabe mucho, eh. Y más que va a aprender ahora que se ha hecho viajera.

    ¡Ah! Y hay un punto más por el que no podrías hacer espetos donde tu vives. Piensa en las gallinas, en los vecinos de patio compartido. Pueden llegar a pensar que los espetos se comparten ;)

    Besos y feliz semana. ¡Y nos vemos! ;)

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  12. Uf… me gustan las sardinas de cualquier tamaño, forma, elaboración… Me ha gustado esta, las he hecho alguna vez de forma parecida, pero nunca les había incorporado clavo, esto me lo apunto.
    PD: lo de los espetos es una de esas magníficas pruebas de que muchas veces menos es más. No hay mayor gustazo gastronómico con menos ingredientes, eso sí, el entorno playero-chiringuito-aire libre hace lo suyo.

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